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Marcela “La Tigresa” Acuña habló sobre el ACV de “Locomotora” Oliveras, el boxeo femenino y la vida después de colgar los guantes

A más de diez días de la internación de Alejandra “Locomotora” Oliveras ...

Marcela “La Tigresa” Acuña habló sobre el ACV de “Locomotora” Oliveras, el boxeo femenino y la vida después de colgar los guantes

A más de diez días de la internación de Alejandra “Locomotora” Oliveras ...

A más de diez días de la internación de Alejandra “Locomotora” Oliveras tras sufrir un accidente cerebrovascular (ACV), Marcela “La Tigresa” Acuña expresó su dolor y recordó la rivalidad que compartieron durante tantos años. Además, reveló que ella sufrió depresión cuando quiso retirarse y reflexionó sobre la falta de acompañamiento que enfrentan muchos deportistas al colgar los guantes. “Lo único que tengo claro es que mantengo la esperanza intacta”, dijo en diálogo con LA NACION.

La “Tigresa” es una leyenda del boxeo argentino y pionera indiscutida del boxeo femenino profesional en el país. Fue la primera mujer en obtener una licencia oficial, lo que abrió el camino para miles de deportistas que siguieron sus pasos. Además, se consagró campeona mundial supergallo por la AMB, CMB y OMB. Con más de 60 peleas, 51 victorias y una carrera marcada por su pasión, dedicación y perseverancia, fue protagonista de combates históricos, como el que disputó en 2008 frente a Alejandra “Locomotora” Oliveras, su eterna rival, en el Luna Park.

-¿Qué sentiste al enterarte de la noticia del ACV que sufrió la “Locomotora” Oliveras?

-Primero me sorprendió y después me dolió muchísimo. Lo primero que pensé fue en su familia, en sus hijos... ¿Cómo estarán atravesando este momento? Con el correr de los días, en lugar de recibir buenas noticias, parece que el panorama se complicó aún más. Hay tantos diagnósticos y versiones que uno ya no sabe qué pensar ni qué esperar. Lo único que tengo claro es que mantengo la esperanza intacta. Rezo por su pronta recuperación y estoy a disposición para lo que necesiten.

-¿Qué te llevó a pensar esta situación después de tantos años de rivalidad? Ya que se reencontraron y, de repente, ocurrió esto...

-Lo primero que pensé fue: “Qué bueno que el año pasado nos reencontramos y pudimos cerrar esa etapa, comenzar de nuevo como dos personas adultas”. Siempre supe que aquella rivalidad era parte del show, parte de lo que nos vendía en los medios. No me sentí tan agraviada, porque entendía que era parte del juego. Nosotras hicimos historia: logramos la primera y única unificación en el país, llenamos el Luna Park, dejamos gente afuera. Alejandra fue una mujer que se abrió camino sola, que luchó por su espacio; aunque se retiró del boxeo, nunca dejó de estar vigente. Algo que también me pasó a mí; siempre fuimos por caminos distintos, pero ambas seguimos presentes, algo que no ocurre con todas las campeonas.

La gente suele reconocer a dos grandes campeonas: a ella y a mí. Y pensar que hoy está atravesando esta situación me genera una profunda tristeza.

-Y haber logrado el vínculo que tenían en el último tiempo lo hace más difícil, ¿no?

-Sí. Habíamos logrado reconstruido una relación linda, no íntima, pero sí cercana. Tenemos muchas cosas en común: las dos tenemos hijos varones, fuimos las primeras campeonas mundiales con títulos renombrados. En 2008, meses antes de nuestra pelea, no se hablaba de otra cosa que de “la Locomotora y la Tigresa”. Creamos un clima que nadie pudo repetir. Hoy, verla así me duele. Pero también me alegra haber tenido la oportunidad de reconciliarnos. Eso me deja paz.

-¿Qué pensás sobre la vida después del ring? ¿Realmente existe un acompañamiento cuando se retiran del boxeo? ¿Cómo ves esta situación?

-Lamentablemente, no. En nuestro país no hay ningún tipo de acompañamiento para los boxeadores una vez que se retiran. Y en muchos otros lugares del mundo, tampoco. Cada uno tiene que abrirse camino como puede después de colgar los guantes.

-Alejandra lo hizo...

-Sí, encontró su lugar con charlas motivacionales, desarrolló una personalidad muy atractiva para el público y se volcó al fisicoculturismo. Yo me retiré hace muy poco y también estoy dando charlas, masterclass y el año pasado me recibí de periodista.

El boxeo es un deporte federado con más de 100 años de historia en Argentina, un país que ha tenido grandes deportistas. Pero el Estado nunca se hizo cargo. No tenemos ni obra social. Antes los estudios médicos eran cada seis meses, ahora son anuales. Y si un chico sufre un knockout, necesita una tomografía para volver a entrenar. ¿Cómo hace si le dan turno para dentro de seis meses? La Federación mejoró algunas cosas: hoy es obligatorio tener monotributo para competir como profesional, pero la obra social deja mucho que desear.

-¿Y qué pasa después del retiro?

-El acompañamiento más importante es el de la familia. Porque cuando dejás de ser campeón, los “amigos del campeón” desaparecen. Solo quedan los íntimos. También es clave el apoyo psicológico. Muchos jóvenes se ven obligados a retirarse, no porque quieran, sino porque tienen que trabajar. Hoy en día, del boxeo no se vive. Alejandra y yo tuvimos la suerte de conseguir sponsors y visibilidad en los medios. Pero no todos tienen esa oportunidad.

En mi caso, sabía que necesitaba prepararme para el después. Por eso estudié periodismo deportivo. Quería tener algo que me ayudara a tomar la decisión de retirarme. Porque cuando entrenás profesionalmente, lo hacés 24/7, todo el año. No hay pausas. Me preguntaba: “¿Qué voy a hacer con todo ese tiempo libre?” Esperaba cansarme del gimnasio, pero no pasaba. Entonces estudié, para que me cueste ir a entrenar. Y en marzo de este año dije: “Listo, hasta acá llegamos”.

-Y hoy...

-Hoy quiero dedicarme al periodismo deportivo, seguir vinculada al boxeo desde otro lugar. Sigo entrenando, claro, pero ya no como antes. A veces me junto con chicas a guantear, para sacarme las ganas. Porque el amor por este deporte no se va nunca.

-¿Y cómo se vive el proceso del retiro del boxeo?

-Cuesta muchísimo. Hace 10 años había tomado la decisión de retirarme, me agarró una depresión y tuve que volver. Chau depresión con el entrenamiento y con la competencia. Entonces, como no quería que vuelva a ocurrir esa situación, no me puse un límite. La competencia sigue en mí hasta ahora, que dije “basta, hasta acá llegamos”. Es momento de disfrutar de las cosas que una ya logró porque cuando una está tan metida, no disfruta. Cuando te alejás un poquito, podés disfrutar y ver todas las otras cosas que pudiste llegar a lograr. A veces, si no me lo recuerdan las chicas más jóvenes, ni siquiera lo registro. Haber sido pionera del boxeo femenino en Argentina fue, para mí, simplemente parte del trabajo. Pero cuando estas nuevas generaciones —de 15 o 16 años— se me acercan, me piden consejos, me miran con admiración… ahí recién caigo.

-Y también hoy lo viven distinto, ¿no?

-Ellas no se imaginan todo lo que tuvimos que atravesar. La discriminación, las puertas cerradas, la lucha constante. Nosotras borramos muchas de esas barreras. Y cuando les cuento, se sorprenden. No sabían que no podíamos entrenar en la Federación, que solo nos dejaban entrar cuando terminaban los varones, que los baños no estaban preparados para mujeres. También peleé mucho por la televisación. Al principio, no querían transmitir peleas femeninas. A mí me televisaban porque era la primera, la conocida, pero yo insistía: “Pongan al menos una pelea más de mujeres”. Era un tire y afloje constante.

-¿Y quién ponía estas trabas?

-Y la resistencia vino de todos lados: de la Federación, de la sociedad y de los medios. Algunos periodistas decían cosas como “las mujeres están para lavar los platos” o “para dar cariño, no para pegarse”. Por eso, ahora quiero estar en los medios; porque hay exfutbolistas, exbasquetbolistas, exrugbiers… pero no hay boxeadores. ¿Dónde estamos fallando? Yo me capacité, me recibí de periodista. No quiero que digan que no estamos preparados. Me retiro del ring, pero no del boxeo. Quiero seguir cerca de lo que amo. Porque lo mío nunca fue por dinero, lo mío fue por la gloria.

-¿Podés poner en palabras lo que era ganar y alcanzar la gloria más allá del agotamiento post pelea?

-La pasión es imposible explicarla con palabras. Vos simplemente lo sentís, lo vivís. Te enorgullecés y decís: “Valió la pena, realmente valió tanto la pena”. Y simplemente es un cinturón que valor económico no tiene, pero tiene un valor sentimental tan terrible que cada vez que lo ves te dan ganas de vivir. Eso era lo que sentía.

-Y una vez que eso se logra, ¿qué pasa?

-Siempre fui una persona que cada vez quería más y no me conformaba con lo logrado. Creo que por eso también crecí tanto en esto y seguí boxeando hasta ahora… mis 48 años. Fui la boxeadora más longeva entre hombres y mujeres, hasta que me retiré. También, fui la más longeva en ganar un título mundial a los 40 años. Creo que quedo en la historia, no solo por ser la pionera, sino que por un montón de cosas logradas.

-¿Qué mensaje le darías a quienes recién empiezan en el mundo del boxeo y para quienes se retiraron o están por hacerlo?

-A los que recién empiezan, que primero tengan la pasión, porque sin pasión no vamos a poder llegar a los objetivos. En segundo lugar, que no se desalienten, porque van a encontrar muchísimas barreras antes de poder llegar a ese objetivo. Y en tercer lugar, hay que tener el objetivo firme y trabajar todos los días. No nos pongamos a soñar únicamente porque perdemos el tiempo. Tenemos que trabajar todos los días para poder llegar a ese objetivo de ser campeón.

-¿Y para los que se retiran?

-Para los que ya hicieron lo suyo, está bueno que se rodeen de su familia, que son quienes van a entenderlos. Fueron los únicos que estuvieron cuando levantaron los brazos para el triunfo y los que le secaron las lágrimas en las derrotas. Y si tienen la posibilidad de poder tratarse con un psicólogo deportivo, sería lo ideal o para que lo puedan encaminar, porque eso es lo que siente un deportista al retirarse. Tener a un profesional que los acompañe y los guíe, sería lo fundamental.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/marcela-la-tigresa-acuna-hablo-sobre-el-acv-de-locomotora-oliveras-el-boxeo-femenino-y-la-vida-nid24072025/

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