Marcó a una generación y ganó un millón de dólares en su infancia pero no quedó nada: Corey Feldman, la superestrella que vivió el infierno
La historia de Corey Feldman es la de un niño que fue lanzado al estrellato a los tres años y que, décadas después, sigue luchando contra los demonios de una industria que lo convirtió en una ...
La historia de Corey Feldman es la de un niño que fue lanzado al estrellato a los tres años y que, décadas después, sigue luchando contra los demonios de una industria que lo convirtió en una máquina de hacer dinero antes de que pudiera siquiera entender lo que eso significaba.
El niño sin infanciaNacido el 16 de julio de 1971 en Reseda, California, Corey Scott Feldman prácticamente no tuvo infancia. Su primer recuerdo es estar en un set filmando una publicidad de McDonald’s. Ese anuncio, ganador del premio Clio, se mantuvo al aire durante ocho años y marcó el inicio de lo que él mismo describe como “esclavitud infantil”. Sus padres, Bob Feldman, un músico poco exitoso, y Sheila, una ex conejita de Playboy, vieron en su bebé una oportunidad de oro.
Lo que siguió fue una infancia de trabajo constante: más de 100 publicidades y apariciones en 50 series de televisión diferentes como Mork & Mindy, Ocho es suficiente y Cheers. La presión era brutal. Su madre, obsesionada con su peso, lo obligaba a tomar pastillas para adelgazar. Los golpes con cinturones eran frecuentes si no se desempeñaba bien en la escuela o si no conseguía trabajos. Corey se había convertido en el principal sostén económico de la familia antes de cumplir los diez años.
Los años dorados: Gremlins, Los Goonies, Cuenta Conmigo y el nacimiento de un íconoEl gran salto sucedió en 1984 con Viernes 13: El capítulo final, pero fueron sus roles posteriores los que lo catapultaron al estrellato mundial. Ese mismo año también apareció en Gremlins, la película de Joe Dante, en la que Feldman interpretaba a Pete Fountaine, amigo del protagonista, un papel secundario pero memorable que lo puso en el radar de los grandes estudios y demostró su capacidad para desenvolverse en producciones de gran presupuesto.
En 1985 llegó Los Goonies, la película de aventuras dirigida por Richard Donner, basada en una historia creada por Steven Spielberg, que se convirtió en un fenómeno de culto instantáneo. Feldman interpretaba a Clark “Mouth” Devereaux, el sarcástico del grupo que siempre tenía una respuesta ingeniosa y hablaba sin parar. Mouth era un adolescente bocón pero leal y Feldman le dio esa mezcla perfecta de arrogancia juvenil y vulnerabilidad que hacía que el personaje fuera entrañable en lugar de simplemente molesto.
Un año después le ofrecieron un papel en Cuenta Conmigo (Stand by Me), la adaptación del relato de Stephen King dirigida por Rob Reiner. Aquí Feldman interpretaba a Teddy Duchamp, quizás uno de sus roles más emotivos y complejos. Teddy era el chico problemático del grupo, hijo de un veterano de guerra con problemas mentales que había abusado de él y le había dejado cicatrices emocionales profundas. Teddy idolatraba a su padre a pesar del maltrato y lo defendía ferozmente cuando otros lo criticaban. Rob Reiner reveló años después que eligió a Feldman porque “conectó con el hecho de que tenía un dolor increíble en los ojos”, aunque en ese momento no sabía la verdadera dimensión del sufrimiento del joven actor.
La actuación de Feldman en Cuenta Conmigo fue particularmente notable porque el personaje tenía esa energía maniática y desesperada de alguien que usa el humor y la agresividad para esconder un dolor profundo. La escena donde Teddy casi se deja atropellar por un tren, gritando como un loco, mostró el rango dramático del joven actor. Era un papel que requería mucha madurez emocional para un chico de apenas quince años y Feldman lo ejecutó con una intensidad que muchos actores adultos habrían envidiado.
Los dos Coreys: hermandad, fama y los primeros indicios del horrorEn 1987 fue el turno de The Lost Boys, donde conoció a quien se convertiría en su mejor amigo y hermano artístico: Corey Haim. Los dos tenían la misma edad, el mismo nombre, eran de la misma religión (judía) y parecían destinados a ser inseparables. La química entre ambos era innegable y los estudios no tardaron en explotarla. Se convirtieron en “Los Dos Coreys”, la dupla más famosa del Hollywood juvenil de los ochenta, y protagonizaron películas como License to Drive y Dream a Little Dream.
Pero detrás de las sonrisas y el éxito comercial, la realidad era muy diferente. Según Feldman, fue en el set de The Lost Boys donde Haim le confió que había sido abusado por “una figura importante de Hollywood” durante el rodaje de Lucas en 1986. El agresor le había dicho: “Si querés estar en este negocio, tenés que hacer estas cosas”. Solo un año después, Jon Grissom, un hombre contratado por el padre de Feldman para cuidarlo, comenzó a abusar sexualmente de él de forma regular. Grissom ahora es un pedófilo convicto.
En un intento por escapar, Feldman fue a quedarse con Alphy Hoffman, quien dirigía un club social para jóvenes estrellas de Hollywood. Según Feldman, Hoffman también abusó de él.
Michael Jackson: refugio, controversia y defensa póstumaFue en medio de este caos que Michael Jackson entró en su vida. Presentado por Steven Spielberg, Jackson se convirtió en una figura paternal para Feldman, alguien que parecía entender el dolor de una infancia robada. “Necesitaba algo de normalidad en mi vida”, escribió Feldman en sus memorias, “así que llamé a Michael Jackson”. Durante años, Jackson fue su refugio, aunque esta relación se volvería complicada décadas después.
Lo más controvertido de todo fue su posición respecto a Michael Jackson tras las acusaciones póstumas. Mientras la mayoría acepta las acusaciones contra el Rey del Pop, especialmente después del documental Leaving Neverland, Feldman insiste en defenderlo debido a que argumenta que Jackson nunca abusó de él. Esta posición ha debilitado su credibilidad como activista y muchos sospechan que necesita desesperadamente creer que al menos un adulto de su infancia no quiso hacerle daño.
La emancipación, las drogas y el camino hacia la rehabilitaciónA los 15 años, Feldman se emancipó legalmente de sus padres. Había ganado un millón de dólares, pero cuando revisó sus cuentas bancarias, solo le quedaban 40 mil dólares. Su padre, que actuaba como su representante, había controlado y dilapidado su fortuna. “Básicamente era un niño esclavo”, diría años después. “Empecé a trabajar a los tres años y no fue mi elección”, rememoró.
Los problemas con las drogas comenzaron temprano. Conoció la marihuana y el alcohol en el rodaje de Cuenta Conmigo, sus primeros pasos hacia el abuso de sustancias. Para los 19 años, tanto él como Haim estaban acabados profesionalmente; sus adicciones los dejaban sin empleo. Feldman desarrolló una adicción a la cocaína que luego escaló a heroína: esto lo llevó a tres arrestos por drogas antes de ingresar a rehabilitación en diciembre de 1990.
Fue durante su estadía de diez meses en un centro de internación en North Hollywood, que Feldman le reveló por primera vez el alcance del abuso sexual en su pasado a su terapeuta, Marlene Nadel. “Se veían muchos problemas de abuso en su comportamiento”, dijo Nadel. “No sabía confiar”, señaló.
Los años de reinvención y relaciones fallidasLos noventa y los 2000 fueron décadas de intentos por reinventarse. Probó suerte con la música, formó bandas con nombres como Truth Movement y después Corey Feldman & the Angels. Su estilo musical era una mezcla extraña que los críticos no recibieron bien, pero él persistió con una determinación exagerada. Participó en reality shows como Dancing with the Stars y se mantuvo en el ojo público aunque no siempre por las razones correctas.
Su vida personal también fue tumultuosa. Se casó tres veces: primero con la actriz Vanessa Marcil (1989-1993), luego con la modelo Susie Sprague, con quien tuvo su único hijo, Zen Scott, nacido en 2004. Su matrimonio con Sprague terminó en divorcio en 2009. Su tercer matrimonio fue con Courtney Anne Mitchell en 2016, una ex “Ángel de Corey” (parte de un controversial proyecto donde Feldman vivía rodeado de mujeres jóvenes en lo que él describía como un intento de “salvarlas” de la industria del entretenimiento adulto). Sin embargo, este matrimonio también llegó a su fin cuando se divorciaron en 2023.
Su carrera musical continúa como objeto de burlas, especialmente después de actuaciones como la que dio en el programa Today en 2016, que se volvió viral por todas las razones equivocadas. La humillación pública que siguió fue intensa. “Constantemente me dicen cosas horribles”, escribió en una publicación de Facebook que luego borró. “La humillación pública no debería ser aceptada, seas quien seas... No está bien que nos llamen bichos raros, perdedores”.
La tragedia de Corey Haim y el activismo contra los abusosLa muerte de Corey Haim en 2010 por una sobredosis fue devastadora para Feldman. Los dos habían tenido una relación complicada en sus últimos años, documentada parcialmente en el reality show The Two Coreys (2007-2008), que mostró la lucha de Haim con la sobriedad y los intentos fallidos de reconciliación. Haim se había descrito a sí mismo como “un recaído crónico” y murió después de obtener más de 500 pastillas recetadas en cinco días, tras sufrir una sobredosis de una combinación de Valium, Soma, Vicodin y Xanax.
Desde entonces, Feldman se convirtió en uno de los activistas más fuertes contra el abuso sexual infantil en Hollywood. En 2013 publicó sus memorias Coreyography, donde detalló los abusos que él y Haim sufrieron. Ha prometido repetidamente nombrar a sus abusadores y creó expectativa y controversia a partes iguales.
En 2020, lanzó su documental autofinanciado Truth: The Rape of 2 Coreys, donde intenta exponer a los responsables de los abusos. Sin embargo, el formato de pago por evento y las revelaciones menos impactantes de lo prometido generaron más críticas que justicia real. Muchos cuestionaron sus motivos y métodos, mientras que otros aplaudieron su valentía para seguir en la lucha contra un sistema que le había fallado.
El sobreviviente imperfecto: un legado complejoHoy, a los casi 54 años, Feldman sigue como una figura polarizante. Continúa con actuaciones en proyectos independientes, hace música que pocos toman en serio y lucha por ser escuchado en su cruzada contra los abusos en Hollywood. Su caso ilustra las complejidades de las víctimas “imperfectas”: aquellas cuyo comportamiento errático y decisiones cuestionables son a menudo citadas como razones para no creerles, cuando en realidad pueden ser precisamente la evidencia del trauma que sufrieron.
“Me siento muy agradecido y muy afortunado de seguir vivo”, declaró en 2016. Cuando le preguntaron si dejaría que su hijo adolescente Zen entrara al mundo del cine, se le salieron los ojos de las órbitas del horror: “¡Ni hablar!”, respondió.
Lo que resulta fascinante de Corey Feldman es su resistencia. A pesar de décadas de burlas y traumas profundos, sigue adelante. Su legado no son solo las películas que marcaron a una generación, sino también su papel como uno de los primeros en romper el silencio sobre los abusos en Hollywood. Puede que no sea el mensajero perfecto, pero tal vez ese sea precisamente el punto: las víctimas reales rara vez son perfectas.