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Menores inimputables estarían detrás de la mortal trampa preparada con un cable

MAR DEL PLATA.- Un giro muy importante tomó en las últimas horas la investigación judicial de la muerte de un motociclista de 40 años provocada por un cable atado entre dos árboles, a media al...

Menores inimputables estarían detrás de la mortal trampa preparada con un cable

MAR DEL PLATA.- Un giro muy importante tomó en las últimas horas la investigación judicial de la muerte de un motociclista de 40 años provocada por un cable atado entre dos árboles, a media al...

MAR DEL PLATA.- Un giro muy importante tomó en las últimas horas la investigación judicial de la muerte de un motociclista de 40 años provocada por un cable atado entre dos árboles, a media altura y de lado a lado de la calle por la que transitaba el último lunes por la noche, en la zona sur de la ciudad.

A partir de registro de una cámara de seguridad que aportó primeros indicios y, luego, de la aparición en escena de un testigo se fortaleció la hipótesis de un hecho cometido por menores de entre 13 y 15 años de edad.

Si bien se presumió en principio que todo podría haber tenido como finalidad la caída de la víctima para facilitar un robo, los datos recabados apuntan a que se trató de una travesura con el peor de los finales.

El abuelo de uno de los adolescentes que estaría involucrado en este caso aportó los primeros datos firmes para identificar a integrantes de ese grupo que, según se observó en la grabación, estaba compuesto por al menos cuatro personas, advertidas siempre en un escenario de oscuridad propio del momento de la noche en que ocurrió el incidente y la escasa iluminación pública del lugar.

Este testimonio sirvió en principio para que la causa pase a manos del fiscal del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil Marcelo Yáñez Urrutia. Es el tercer fiscal que interviene en este caso en apenas 72 horas. El primero en acudir fue Rodolfo Moure, de la Unidad de Delitos Culposos, presumiendo un accidente de tránsito. Pronto constató que era algo más grave y excedía su competencia. Por eso derivó la instrucción a su colega Florencia Salas, que caratuló el caso como homicidio simple. Se inhibió apenas hubo indicios firmes de autoría por parte de menores de edad.

La muerte de José Emilio Parrada ocurrió poco antes de las 21 del pasado lunes a metros de la intersección de calle Soler con Marcelo T. de Alvear, en el barrio Juramento. La autopsia confirmó que el motociclista sufrió lesiones mortales en el cuello cuando, a velocidad media, embistió un cable de fibra óptica atado a casi un metro y medio de altura. Parte quedó enredado en la moto y los extremos, con sus ataduras firmes, en árboles de ambas veredas de calle Soler.

En tribunales no confirmaron denuncias de hechos similares, aunque hay motociclistas que, incluso con videos, habían registrado y puesto a circular en redes algunos casos de cables bien tensos cruzados en alguna calle, en particular en zonas de la periferia.

El robo de motos es el delito de mayor crecimiento en este distrito, en particular durante el último año. Se cree que la modalidad podría ser una estrategia a modo de trampa para que el motociclista caiga y así los delincuentes apoderarse de su vehículo . Este caso, de acuerdo con los indicios, sería diferente.

Los efectivos policiales que primero llegaron al lugar donde estaba caído Parrada, ya sin vida, pudieron recuperar su teléfono celular y una billetera con documentación y tarjetas bancarias. Eso hace suponer que ni siquiera hubo intento de revisar sus pertenencias.

La grabación que sumó algún detalle a la investigación corresponde a un domicilio particular, a pocos metros del lugar donde se produjo la muerte del motociclista. Con escasa definición alcanza mostrar, según reconocen fuentes policiales, cómo un grupo de personas manipula ese tramo de cables.

Una vecina también aportó su versión y confirmó que vio a un grupo de chicos en inmediaciones de esa esquina, minutos antes del siniestro mortal que costó la vida de Parrada. Estimó que eran los mismos que a diario andan por allí, por lo que pudo aportar algunas descripciones.

El abuelo de uno de esos chicos fue el que se acercó a la sede de la Delegación Departamental de Investigaciones y confió lo que su nieto le contó. Luego el propio menor dio su versión y así permitió que se empezara a poner nombres, o aunque sea apodos, a esas siluetas que aparecían en el video como sospechosos. Ninguno de ese grupo tendría más de 15 años, por lo que para la justicia serían inimputables.

Yáñez Urrutia fue advertido anoche, por su colega Salas, que quedaba a cargo del caso. Recién esta mañana tomó contacto con el expediente y empieza a avanzar con la investigación.

Acompañado de sus padres, el menor que se acercó a sede judicial para contar lo sucedido dijo que caminaban por el lugar cuando vieron dos rollos de cables. Que alguno propuso atarlo atravesando la calle para que los autos se detuvieran. “Como una joda”, dijo, según una fuente judicial.

Quien aportó este testimonio aseguró que no participó y que tres de los cinco se dedicaron a atar ese cable. Luego se reunieron a unos cuantos metros y cuando vieron caer al motociclista se asustaron y se alejaron corriendo.

En el tramo inicial de la investigación quedaron secuestrados restos de los cables utilizados y que le costaron la vida a Parrada. Son de fibra óptica y serían descarte de unas reparaciones que una empresa de servicios del rubro telefonía e internet habría realizado en el inicio de la semana, sobre el tendido aéreo en esa zona de la ciudad.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/seguridad/menores-inimputables-estarian-detras-de-la-mortal-trampa-preparada-con-un-cable-nid17072025/

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