Mundo Versappen: los elogios a Lambiasse, la familia que lo tienta y la mudanza a Mercedes…
El piloto que presentó batalla a McLaren y le ofreció atractivo a la temporada de Fórmula 1. El campeón que después de cuatro coronas consecutivas cedió el trono a Lando Norris. El líder de ...
El piloto que presentó batalla a McLaren y le ofreció atractivo a la temporada de Fórmula 1. El campeón que después de cuatro coronas consecutivas cedió el trono a Lando Norris. El líder de una escudería que recorrió un calendario con múltiples conflictos internos, con la salida de las tres personas más influyentes en las dos décadas de Red Bull Racing… Max Verstappen no es un integrante más de la selecta grilla del Gran Circo: el neerlandés se cubre en los grandes premios bajo la coraza que con métodos polémicos le forjó su padre Jos, en los días en que MadMax era un niño que se destacaba en los campeonatos de karting, aunque fuera de la pista el carácter rudo y el temperamento hostil desaparece. La última cita en Abu Dhabi, la que definió el título, no fue una más: la salida de Helmut Marko, asesor deportivo y quien dirigía el Junio Red Bull Team, y la imagen de su ingeniero de pista Gianpiero Lambiase rompiendo en llanto son momentos que atesorará para siempre.
Dos relaciones que superan los grandes premios. Marko empujó para que Verstappen tuviera con 16 años su bautismo en un auto de F.1 en la primera prueba libre en Suzuka, en 2014. Lambiase es la guía desde el muro, la voz que intenta llevar calma en los pasajes de desencanto y en la que confía el neerlandés desde su estreno en 2016, en Red Bull Racing. “Logramos todo lo que soñamos juntos. Te estaré eternamente agradecido por creer en mí”, escribió el piloto, en redes sociales, sobre el austríaco, con el que sostuvo una conexión que superó los resultados.
Los diez años junto a Lambiase forjaron una relación estrecha, cercana, donde las situaciones particulares también son parte de la historia. El ítalo-británico recorrió una temporada en la que problemas familiares impidieron viajar a las carreras de Austria y Bélgica, donde fue reemplazado por Simon Rennie. “No hay mejor ingeniero. Para ser honesto: no hay mejor persona con la que trabajar. Tuvo un año muy difícil. Ni yo mismo me doy cuenta de lo difícil que es todo para él: hacer su trabajo y después seguir con su vida en su casa. Es difícil de describir. Le dije que, si necesitaba algo, me lo diga, pero es una situación de mierda”, apuntó Verstappen, en una charla con Viaplay, sobre la emoción que deshizo a Lambiase al caer la bandera a cuadros en el circuito de Yas Marina, el 7 de diciembre pasado. Los dos puntos que separaron a Norris de Verstappen no eran parte de esa tensión que liberó el ingeniero, al que el paddock apuntó que sería su última carrera en la función, porque las reestructuraciones que propondría la escudería lo llevarían a otro cargo.
La sociedad tuvo un inicio que auspició lo que vendría más tarde. Verstappen y Lambiase debutaron juntos en el Gran Premio de España 2016 y el neerlandés tomó el asiento –por entonces de Daniil Kvyat- diez días antes de la carrera. “Increíble, Max. Increíble”, apuntó el ingeniero, tras el primer triunfo de MadMax en la F.1, en Montmeló. “Sinceramente, veo a Max como un hermano pequeño. Podemos hablar de todo y de cualquier persona en cualquier momento. Estamos en un punto en el que nos sentimos completamente relajados y a gusto. Tal vez esté hablando fuera de lugar, pero no creo que ahora tuviera ningún interés en trabajar con otro piloto”, señaló Lambiase, el año pasado, en una entrevista con la BBC.
¿Y el futuro Max?Con contrato hasta 2028, el futuro de Verstappen siempre resultó una incógnita. El nacimiento de su hija Lily –producto de la relación con Kelly Piquet, hija de Nelson, tricampeón del mundo de F.1- derribó el mito de que los pilotos que se vuelven padres pierden tres décimas. “En la pista creo que no. Conmigo fue una especie de detonante para pensar, ya lo demostraré. Los resultados son importantes en tu vida, pero lo más importantes es ser feliz en privado y ver crecer a esa pequeña. Tengo muchas otras pasiones, otras disciplinas. Quiero pasar más tiempo con mi familia y vivir según mi propio horario. En mi mente, sé que si cierro este capítulo , se acabará. No me veo dejándolo y luego volviendo. Una vez que termine, lo dejaré de verdad”, relató Verstappen, que en varios capítulos expuso la idea de dejar el Gran Circo sin perseguir títulos o récords.
“Mi contrato termina en 2028, pero dependerá de las nuevas reglas de 2026 y de si son buenas y divertidas. Si no lo son, no me veo quedándome. No pienso en ganar siete títulos . No es algo que me sienta obligado a hacer antes de dejar el deporte. Puedo dejar el campeonato mañana mismo”, ratificó en diálogo con Press Association.
Dos puntos lo separaron de Norris para firmar el quinto título y se recordó el incidente que protagonizó con George Russell (Mercedes), en el GP de España, que le valieron perder posiciones y un castigo que lo retrasó al décimo puesto del clasificador. Verstappen le quitó relevancia y expuso que McLaren, con sus decisiones, fue quien lo devolvió a la batalla y le posibilitó llegar a la última carrera con aspiraciones, después de estar en desventaja por 102 puntos. “No perdimos el título, porque nunca estuvimos en la pelea. Si nos fijamos en toda la temporada, nunca tuvimos realmente la oportunidad de competir: nunca fuimos líderes del campeonato. Además, nosotros mismo recibimos muchos regalos. El campeonato no se perdió en Barcelona… McLaren fue descalificado en Las Vegas, si eso no hubiera ocurrido ni siquiera habríamos llegado con posibilidades a la última carrera. No importa si es un punto, medio o 20. No ganar es no ganar. O estás embarazada o no lo estás. No estás medio embarazada, ¿verdad?”, señaló el neerlandés, que apuntó a los fines de semana en que el equipo debió revertir situaciones, a pit-stop lentos, al incidente con Andrea Antonelli (Mercedes) en Austria… como múltiples factores de la derrota.
La competitividad entre Norris y Oscar Piastri fue un factor positivo para sus posibilidades, aunque en su concepción de equipo los jefes de las escuderías deberían asignar una diferenciación en la jerarquía entre sus pilotos. “McLaren tenía a dos pilotos N°1, regalaron algunas situaciones con su estrategia y nosotros nos beneficiamos de esa situación. Si yo fuera jefe de equipo siempre pondría un N°1 y un N°2. El N°2, que sume suficientes puntos para competir por el título de Constructores. El N°1 puede ir a atacar, ser más agresivo. Siempre prefiero eso, porque cuando los autos de un equipo están igualados hay que desearles buena suerte a los dos pilotos”, dijo MadMax, que siempre fue el líder del garaje en Red Bull Racing: a excepción del mexicano Sergio Checo Pérez -compartieron 90 grandes premios-, el resto de sus compañeros fueron vapuleados en rendimiento por el neerlandés.
El simulador, las iRacing, participar en pruebas de GT… las otras actividades relacionadas con el automovilismo que marcan el pulso de Verstappen. Este año utilizó un nombre falso para una prueba en Nürburgring, con un Ferrari de GT3: Franz Hermann fue el pseudónimo elegido. En el tradicional circuito alemán batió el récord de vuelta sin proponérselo, bajando en casi dos segundos la marca.
Para 2026, el equipo Verstappen Racing firmó un contrato multianual con Mercedes-AMG para competir en dos fechas del GT World Challenge Europe. MadMax hizo una prueba en Estoril y acordó el vínculo con la automotriz. “Estamos encantados de que Verstappen Racing haya elegido competir en el GT World Challenge Europe con un Mercedes-AMG GT3. El proyecto, ambicioso y prometedor, cuenta con el apoyo de 2 Seas Motorsport, un equipo con experiencia y que logró numerosos éxitos y títulos con nuestro auto”, explicó Stefan Wendl, de Mercedes-AMG Customer Racing. La participación en las 24 Horas de Nürburgring es una experiencia que Verstappen desea cumplir y 2026 podría ser el año para desarrollar el objetivo.