Myanmar exhibe una ofensiva masiva contra las megafábricas de estafas digitales en la frontera con Tailandia
BANGKOK.– El ...
BANGKOK.– El gobierno militar de Myanmar intensificó en las últimas semanas su ofensiva contra los centros de ciberestafas que operan en la frontera con Tailandia, con una serie de redadas que derivaron en la detención de más de 1700 extranjeros solo en el complejo de Shwe Kokko y la difusión pública, a través de la televisión estatal, de videos de edificios demolidos, computadoras destruidas y detenidos obligados a ponerse de cuclillas.
La campaña, inusualmente expuesta, busca mostrar mano dura frente a una actividad criminal que genera cerca de 40.000 millones de dólares anuales, según la Oficina contra la Droga y el Delito de la ONU, y que se multiplicó desde el golpe militar de 2021.
Las autoridades informaron que entre el 18 y el 22 de noviembre arrestaron a 1590 extranjeros en Shwe Kokko, uno de los principales polos de fraude y apuestas ilegales del país. Los operativos incluyeron la confiscación de 2893 computadoras, 21.750 teléfonos móviles, 101 terminales satelitales Starlink, routers y otros equipos utilizados para engañar a víctimas en todo el mundo mediante estafas románticas y presuntos esquemas de inversión. La cifra se suma a una campaña más amplia que, desde enero, acumula 12.586 extranjeros detenidos, de los cuales casi 10.000 ya fueron deportados vía Tailandia.
Los videos transmitidos por el canal estatal MRTV mostraron a fuerzas de seguridad recorriendo sin resistencia edificios utilizados para las estafas y a grupos de detenidos extranjeros alineados en el suelo. Las imágenes incluyeron la demolición con explosivos y bulldozers de construcciones en KK Park, otro centro allanado en octubre, y una apisonadora -una máquina pesada con rodillo que se utiliza para allanar y compactar suelos- destruyendo cientos de computadoras en Shwe Kokko.
El ejército de Myanmar derribó edificios utilizados como centros de estafas en líneaLa ofensiva comenzó formalmente en septiembre, según la junta militar, aunque organizaciones y analistas sostienen que los principales jefes de estos conglomerados criminales siguen operando en otras zonas del país.
Los centros de fraude digital proliferaron en las regiones fronterizas de Myanmar –controladas en muchos casos por milicias étnicas o actores vinculados al negocio del juego– a medida que el conflicto interno debilitó la capacidad del Estado. Entre los grupos activos en el área de Myawaddy están la Fuerza de Guardia Fronteriza, aliada del ejército, y la Unión Nacional Karen (KNU), un actor clave de la resistencia contra la junta. Ambos han sido acusados de brindar cobertura o de participar en acuerdos inmobiliarios vinculados a estos complejos, pero rechazan cualquier implicación. De hecho, la Fuerza de Guardia Fronteriza se atribuyó colaborar en la represión pese a que, según expertos, brindó protección a operadores de estafas en el pasado.
Las redes criminales atraen a miles de trabajadores: algunos llegan voluntariamente por las promesas de altos salarios, mientras que otros –incluidos ciudadanos africanos y asiáticos– denuncian haber sido engañados o directamente traficados para trabajar en condiciones coercitivas, sin posibilidad de salida.
China, aliado clave del régimen, presiona cada vez más para frenar estas operaciones debido al creciente número de víctimas y al reclutamiento de ciudadanos chinos por parte de las mafias.
Tras una investigación periodística que reveló la masiva instalación de equipos Starlink en centros fraudulentos, la empresa de Elon Musk anunció la desactivación de más de 2500 terminales en zonas vinculadas a estas actividades.
Según un informe reciente de Naciones Unidas, solo en el sudeste y este de Asia las estafas digitales generaron pérdidas por 37.000 millones de dólares en 2023, una cifra que, advierte la ONU, probablemente sea muy inferior al impacto global real. Para el régimen de Myanmar, extremadamente cuestionado por su represión interna y por la toma del poder en 2021, la ofensiva mediática y policial parece buscar mostrar control en un territorio marcado por la fragmentación, la guerra civil y un negocio criminal que creció a niveles industriales bajo su mandato.
Agencias AP y AFP