No llega el gol de Julián Álvarez: Falcón Pérez volvió atrás con el penal en el triunfo del Atlético de Madrid
SEATTLE (Enviado especial).- Después del cachetazo 4-0 que recibió de Paris Saint-Germain en el debut, Atlético de Madrid se encontró con la clase de rival que ofrece facilidades a un necesitad...
SEATTLE (Enviado especial).- Después del cachetazo 4-0 que recibió de Paris Saint-Germain en el debut, Atlético de Madrid se encontró con la clase de rival que ofrece facilidades a un necesitado de recuperación. Seattle Sounders había estado por debajo de la Conmebol (Botafogo) en el debut y también le queda lejos el primer nivel europeo, que es el estatus que le corresponde al equipo de Diego Simeone. Aun dejando dudas, porque el animoso local le descubrió varias falencias que no aprovechó por su escasa pegada, Atlético de Madrid se puso en carrera para conseguir la clasificación a los octavos de final al vencer 3-1 a un rival apoyado por 51.000 hinchas, entre los cuales apenas si se notó la presencia de simpatizantes colchoneros. Con las vacaciones del verano europeo a la vuelta de la esquina, los hinchas del Atlético no se tentaron con gastarse los euros para combinar el Mundial de Clubes con el turismo en los Estados Unidos.
Más allá de la victoria, no luce despejado el panorama del Atlético porque su nivel no da garantías y en la última fecha le espera Botafogo. Tendrá que mejorar y exprimirse para que su aventura en el Mundial de Clubes no sea de corto recorrido y derive en una decepción para un equipo con presupuesto y ambiciones de protagonizar las competencias internacionales hasta las últimas instancias. “Después del primer partido tenemos que jugar todas finales”, reconoció Diego Simeone, que admitió que Botafogo será un “rival durísimo, como todo equipo con brasileños de buen nivel”.
El encuentro tuvo más llegadas que buen juego. Treinta y un remates (16 de Seattle y 15 del Atlético) reflejaron un desarrollo de ida y vuelta, sin ataduras tácticas. Atlético empezó buscando la cabeza del grandote Sørloth, reemplazante de Griezmann. A los 9 minutos, Julián Álvarez tuvo la oportunidad de coronar un ataque con varios toques hasta llegar casi al área chica, pero su definición cruzada con el pie abierto se le fue junto a un poste.
Atlético era más, sobre todo en jerarquía individual. El gol era cuestión de ajustar el último toque, como lo hizo Pablo Barrios al tomar una asistencia de Giuliano Simeone, que ocupó el carril derecho. El hijo del director técnico llegó a los nueve pases-gol en la temporada, en la misma línea que Rodrigo De Paul, en una lista que encabeza Antoine Griezmann, con 10.
En ventaja, Atlético pudo aumentar con una definición alta de Sørloth, tras un muy buen pase de De Paul, que en el balance general -fue reemplazado a los 21 del segundo tiempo por Gallagher- se exigió lo justo y necesario, reguló el despliegue.
Atlético dejó crecer a un adversario que entre sus carencias no figura la falta de voluntad. Seattle Sounders es directo, acelera, y eso fue un problema para Giménez y Le Normand. Entre Oblak y un Koke que puso su cuerpo para tapar un remate frontal, Atlético se evitó el disgusto de que le empataran. Estaba avisado.
Julián, movedizo como segunda punta, detrás de Sørloth, tomó las riendas ofensivas con un gran pase al noruego, que volvió a fallar. Hasta que a los 38 minutos, el partido tuvo su momento argentino, con el penal/no-penal de Yael Falcón Pérez.
El árbitro sancionó una supuesta falta sobre Giuliano Simeone. Enseguida, la Araña le pidió la pelota a Sørloth, la colocó en el punto del penal y tomó una corta carrera, listo para ejecutarlo. Todo estaba dispuesto para que convirtiera su primer gol en el Mundial de Clubes, pero llegó esa pausa de suspenso que introdujo el VAR en el fútbol. Esos segundos que ponen al partido en un limbo en el que nadie sabe qué va a suceder. Falcón Pérez, atento a lo que le llegaba a su auricular, extendía su brazo derecho en gesto de espera, no había vía libre. Hasta que desde la cabina del VAR convocaron al referí argentino para que revisara su decisión, porque para sus superiores tecnológicos no había existido foul sobre Giuliano Simeone en la entrada al área. “Los pequeños detalles no nos están favoreciendo”, se quejó sutilmente Diego Simeone.
Falcón Pérez, duramente cuestionado por su reciente desempeño en River-Platense, un antecedente para poner en duda sus méritos para estar en un Mundial de Clubes, rectificó su decisión. Esa acción dio lugar a un entrevero argentino, porque Rodrigo De Paul, al que no le cuesta nada protestar, hizo un foul de fastidioso y se llevó la tarjeta amarilla.
Atlético se impuso sin goles de sus delanteros, y eso que entre titulares y suplentes desfilaron casi todos, incluido Ángel Correa, habitual variante en los segundos tiempos. El 2-0 lo puso Witsel, que había sustituido a Giménez, tras un remate de Llorente que dio en el travesaño, el mismo larguero que un rato más tarde le negó el gol a Álvarez en un disparo desde fuera del área.
Desatento en defensa, Atlético sufrió el descuento de Rusnak, pero enseguida se enchufó con el segundo de Pablo Barrios, un volante al que Simeone suele ubicar en el eje, pero ante la inclusión de Koke lo recostó sobre la izquierda con igual beneficio. Seattle no se desanimó, siguió insistiendo, mientras el Atlético no ajustó el contraataque.
“Me voy con una sensación buena, pudimos hacer más goles, nos faltó contundencia, y cuando pasa eso es lógico atravesar por momentos de intranquilidad”, resumió Simeone. El final se apagó sin mayores novedades, llegó el tiempo para que Pedro de la Vega, el delantero argentino de Seattle Sounders, cambiara la camiseta con De Paul y demorara su ingreso en el vestuario por la charla de varios minutos con Julián, con abrazo incluido en la despedida.
Lo mejor del partido