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No son indestructibles: ¿Por qué tus suculentas pueden enfermarse y morir en semanas?

Durante años, las suculentas se ganaron un lugar de honor en las casas, balcones y escritorios. Resistentes, decorativas y de formas caprichosas, fueron presentadas como las plantas ideales para q...

No son indestructibles: ¿Por qué tus suculentas pueden enfermarse y morir en semanas?

Durante años, las suculentas se ganaron un lugar de honor en las casas, balcones y escritorios. Resistentes, decorativas y de formas caprichosas, fueron presentadas como las plantas ideales para q...

Durante años, las suculentas se ganaron un lugar de honor en las casas, balcones y escritorios. Resistentes, decorativas y de formas caprichosas, fueron presentadas como las plantas ideales para quienes recién empiezan en la jardinería o no tienen demasiado tiempo. Pero, ¿es realmente así? ¿O esa supuesta fortaleza tiene su letra chica?

La realidad es que, si bien las suculentas están entre las especies más fáciles de cuidar, también pueden convertirse —si no se les da el entorno adecuado— en verdaderos imanes de plagas y enfermedades.

La diferencia entre una planta sana y un desastre lleno de cochinillas muchas veces depende de conocer un par de claves que suelen pasarse por alto.

Las suculentas almacenan agua en sus hojas, tallos o raíces, lo que les permite sobrevivir en condiciones adversas: poco riego, ambientes secos, incluso cierto descuido. Esa capacidad de resistir el olvido las hizo famosas entre los principiantes y las convirtió en estrellas de Instagram.

Además, su diversidad de formas —desde las rosetas compactas de Echeveria hasta los tallos colgantes de Sedum o Senecio— las vuelve irresistibles desde el punto de vista estético.

Sin embargo, esa resistencia no significa inmunidad. De hecho, muchas de las plagas más comunes en jardines de interior encuentran en ellas un festín perfecto

El lado B: las plagas

La cochinilla algodonosa es, probablemente, la enemiga número uno de las suculentas. Se instala en la base de las hojas y se alimenta de su savia, debilitando la planta.

Su aspecto blanco y algodonoso muchas veces pasa desapercibido al principio, pero cuando se detecta, suele haber avanzado más de lo que cualquier planta puede soportar.

Otra amenaza frecuente es el pulgón, sobre todo en brotes tiernos o flores. Succiona la savia y puede transmitir virus. También los ácaros y trips aparecen cuando el ambiente es muy seco, mientras que el exceso de humedad puede favorecer la aparición de hongos como el oídio o la pudrición de raíces.

Lo paradójico es que muchas de estas enfermedades no se deben a la fragilidad de la planta, sino al exceso de cuidados: el riego abundante, el uso de macetas sin buen drenaje o la falta de ventilación son el punto de partida de la mayoría de los problemas.

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¿Cómo evitarlas?

El primer paso para evitar plagas es entender que las suculentas prefieren el olvido a la sobreatención. Riegos espaciados —solo cuando el sustrato esté completamente seco—, macetas con agujeros de drenaje y buena luz son la base de una planta sana.

También es clave revisar las hojas periódicamente, especialmente en la base y el envés, donde las plagas suelen esconderse. Ante los primeros signos, la limpieza manual con un hisopo embebido en alcohol suele ser suficiente; en casos más severos, se pueden usar jabones potásicos o insecticidas naturales.

Mantenerlas al aire libre en primavera y verano, cuando las temperaturas lo permiten, también ayuda: el viento reduce la proliferación de cochinillas y otros insectos y la luz intensa fortalece sus tejidos.

Las suculentas no son indestructibles, pero tampoco delicadas. Su fama de plantas fáciles es real siempre que se entiendan sus necesidades. Si se respeta su ritmo natural seguirán siendo las aliadas perfectas.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-jardin/no-son-indestructibles-por-que-tus-suculentas-pueden-enfermarse-y-morir-en-semanas-nid25102025/

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