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Once lavaderos prácticos, lindos y bien integrados a los espacios de uso cotidiano

“Ubicar el lavadero en la planta alta, en relación directa con nuestos dormitorios fue un acierto”, nos dijo arquitecta Cony Albero, socia del estu...

“Ubicar el lavadero en la planta alta, en relación directa con nuestos dormitorios fue un acierto”, nos dijo arquitecta Cony Albero, socia del estudio Arq.dco, cuando la visitamos en su casa. “Para hacerlo, tuvimos en cuenta que debía estar vinculado a un lugar donde poder colgar la ropa, sin interferir visualmente en otros espacios, porque todo tiene la misma importancia estética”.

Acto seguido, Cony Albero nos dio una serie de muy buenos consejos para cualquier situación:

Definir la ubicación. La mayoría de las veces, el lavadero suele proyectarse en planta baja que, generalmente, está más vinculada con lo social y público. Sin embargo, este sector suele recibir el mayor flujo proveniente de los dormitorios y no de los espacios comunes.La distribución de electrodomésticos y la mesada es clave. De ser posible, contemplar la instalación de lavarropas y secarropas, preferentemente uno independiente del otro.Disponer de lugar cómodo de guardado teniendo en cuenta qué queremos almacenar: tabla de planchar, aspiradora, escobas, canastos móviles, entre otros.Pensar qué vamos a guardar cada espacio, tomar las medidas y proyectar en consecuencia para que sea un lugar realmente funcional.Tener muebles con cajones amplios para la ropa que está para lavar o la que ya está lista para planchar y de otros tamaños para herramientas, costureros, utensilios.Instalar barrales para colgar perchas y ropa planchada.Azul

“Antes, la entrada de servicio se daba por el lavadero. Un día, me cayó la ficha de que ya no quería más entrar directo al desorden de la ropa y el lavado, y lo convertimos en esta antecocina que nos encanta”, nos contó Marita Scurci, creadora de Ritta Estudio, sobre uno de los grandes cambios logró tras la reforma de su casa en Punta Chica.

Nuevo servicio

La antigua dependencia del departamento de María Olavarría, creadora de Ánima Bakery, se convirtió tras la reforma a cargo de la la arquitecta Marina González Clement, responsable del estudio MGC ARQ en un lavadero semiintegrado muy práctico: está conectado a la cocina mediante una puerta corrediza vidriada, tiene un ténder oculto en el placard y, para ahorrar espacio, emplazaron el lavarropas y el secarropas en sistema tándem, uno arriba del otro.

En una cocina lineal

Con un diseño lineal, colorido y versátil, esta cocina/ lavadero tomó la pared frente a la ventana y mostró soluciones reales para la vida en un departamento que presentaron el arquitecto Martín Drlje Kordich, al frente del estudio M1, y su socia en este proyecto presentado para Experiencia Living 2023, la arquitecta Sara Plazibat, fundadora de Estudio SP.

Contenido por el cielo raso en verde G154-6 (Colorín), el mueble de cocina –que los arquitectos idearon sin tiradores y con heladera panelable– fue ejecutado por Moi Muebles. Combina azul, verde y rosa mediante las melaminas ‘Tuareg’, ‘Safari’ y ‘Camelia’ de Faplac.

En los detalles

“Creo que el lavadero merece la misma atención que el resto de los espacios de una casa. Si se ve lindo, limpio y ordenado ya no será un cuarto cerrado que nadie quiere mostrar”, dice Cecilia Posternak, que lo pensó como un anexo de la cocina, con muebles y revestimientos iguales.

Cómo se trata de un espacio pequeño, incorporó un tender extensible de pared y otro para perchas.

En orden

Mariana Badino socia de la marca de decoración Bonhomía Haus se puso en manos de la arquitecta Virginia, que es su hermana, y de su cuñado, el arquitecto Gustavo Losa para la reforma de un PH que es hogar, estudio y showroom. En la planta alta, donde había un desnivel, generaron este comedor con lavadero y kitchenette.

El espacio se disimula completamente con un cerramiento de puertas plegadizas corredizas que tiene guías casi imperceptibles en la parte de arriba.

Continuidad

En esta cocina que dio un salto al presente, el lavadero se mantuvo abierto y, para darle continuidad, se revistió con los mismos azulejos ‘Subway’ y estantes de madera.

En pocos metros

En su primer departamento como propietaria, Sheila Bursztyn, fundadora de Páprika Estudio transformó un tres ambientes en dos: eliminó la habitación que estaba más cerca del ingreso para lograr un estar que integra cocina, living y comedor. Además, aprovechó las dimensiones del baño principal y lo dividió en dos: de un lado, hizo el toilette y, pared de por medio, utilizando las conexiones de la bañera, armó un lavadero que pasa despercibido gracias a las puertas push laqueadas.

Totalmente aceptado

“Desde la primera visita al departamento de Milagros López del Carril, pensé en aprovechar los metros que ocupaba el sector de servicio para proyectar un nuevo y único espacio que abarcara varias funciones”, cuenta la Arq. Carolina Riva, fundadora del estudio ACR y responsable de la reforma.

Cuando derribaron los muros que dividían el lavadero de la cocina, pensaron ambos sectores con una misma concepción. Unificaron las mesadas a 90 cm, una altura que puede contener un lavarropas, un lavavajillas y que es cómoda para las bachas. También diseñaron los muebles con el mismo color, griferías, tiradores y estantes de madera.

“Hay una búsqueda por crear espacios con impronta propia y, a la vez, se empiezan a reemplazar los ambientes tradicionales por otros que contienen múltiples usos, circulación fluida y mayor conexión”, dice la arquitecta Riva.

En la cocina

Coin ideas ingeniosas, la arquitecta la arquitecta Soraia Marocco logró potenciar las dimensiones de su departamento en Vicente López. En la cocina, uno de los módulos de guardado aloja el lavadero, con un sector con estantes. El interior es de melamina blanca y las puertas enchapadas en incienso natural.

En planta alta

En la casa de una de las socias del estudio Ideï Arquitectura, separaron el lavadero de la cocina y lo destinaron a la planta alta, cerca de la terraza. Igual que el resto de los ambientes, los muebles lineales son en tonos neutros.

“Lo más lógico es que el lavadero esté en un lugar cómodo y que el trayecto de la ropa por la casa se lo más corto posible”, dice la Arq. Ana Boneo, del Estudio Boneo Fossatti, que proyectó este sector en lo que era un antiguo baño de la planta alta. Ella considera que esta es la mejor ubicación porque está en relación directa con los dormitorios, los vestidores y los placards. En este caso, reutilizaron las aberturas originales y diseñaron los muebles en tonos neutros con la intención de que fuera un ambiente tan atractivo como los demás.

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Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-living/en-casas-reales-como-integrar-lavaderos-funcionales-y-con-buen-diseno-a-espacios-cotidianos-nid09032023/

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