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Pequeñas victorias: cómo hábitos simples y constantes fortalecen tu cerebro y mejoran tu bienestar

En la búsqueda por alcanzar una vida plena, nuestra mirada suele posarse en horizontes lejanos y metas ambiciosas: ese ascenso laboral tan anhelado, el viaje exótico soñado o la decisión de un ...

Pequeñas victorias: cómo hábitos simples y constantes fortalecen tu cerebro y mejoran tu bienestar

En la búsqueda por alcanzar una vida plena, nuestra mirada suele posarse en horizontes lejanos y metas ambiciosas: ese ascenso laboral tan anhelado, el viaje exótico soñado o la decisión de un ...

En la búsqueda por alcanzar una vida plena, nuestra mirada suele posarse en horizontes lejanos y metas ambiciosas: ese ascenso laboral tan anhelado, el viaje exótico soñado o la decisión de un cambio de vida radical. Estamos acostumbrados a celebrar grandes triunfos, puntos de inflexión que marcan un antes y un después. Sin embargo, cuando hablamos del bienestar de nuestro cerebro, existe una fuerza que no está en lo extraordinario, sino en lo cotidiano, lo pequeño y lo aparentemente insignificante. Aquí es donde entran en juego las pequeñas victorias.

Estas no son más que acciones o elecciones que hacemos cada día y que, aunque parezcan modestas, construyen un impacto positivo acumulativo en nuestro bienestar mental y emocional. No se trata de hazañas heroicas ni de retos que nos agobian; por el contrario, son gestos alcanzables y realistas que nos arraigan en el presente y nos impulsan sutilmente hacia una mente más lúcida y resiliente.

Pensemos en resolver un crucigrama en el desayuno, aprender una palabra nueva, elegir subir las escaleras en lugar de tomar el ascensor o simplemente tomarnos cinco minutos para observar por la ventana.

Cada una de estas pequeñas y consistentes conquistas es un estímulo para nuestras neuronas, un ejercicio suave que fortalece las conexiones cerebrales. Lo más poderoso es su efecto acumulativo: lo que hoy parece un logro menor, se convierte mañana en parte de una rutina que promueve la neurogénesis, mejora la concentración y eleva nuestro ánimo.

El cerebro se beneficia de la consistencia. Al conseguir repetidamente estas pequeñas victorias, reconocemos el poder del presente y construimos, paso a paso, el camino hacia una mente más sana y feliz.

Hábitos saludables

Adquirir hábitos saludables para nuestro cerebro no es magia, sino consistencia y estrategia. Esa parte del cuerpo es increíblemente adaptable, un fenómeno conocido como neuroplasticidad. Esto significa que puede reorganizarse, formando nuevas conexiones neuronales y fortaleciendo las existentes en respuesta a nuestras experiencias y comportamientos. Si queremos aprovechar esta capacidad para alcanzar esas pequeñas victorias, aquí una guía:

• Empecemos de a poco y seamos constantes. No intentemos cambiar todo a la vez. Elijamos una única pequeña victoria y enfoquémonos en ella. Por ejemplo, si queremos leer más, empecemos con solo quince minutos al día, o un capítulo pequeño. La meta es que sea tan fácil que no puedas decir que no. La repetición constante, por mínima que sea la acción, es lo que consolida los nuevos circuitos neuronales y convierte un esfuerzo consciente en un comportamiento automático.

• Usemos disparadores y recompensas. Nuestro cerebro funciona con señales. Asociemos un nuevo hábito a algo que ya hacemos automáticamente. ¿Queremos recordar tomar nuestras vitaminas? Hagámoslo inmediatamente después de lavarnos los dientes por la mañana. ¿Queremos leer un poco? Hagámoslo justo después de tomar nuestra primera taza de café. Además, nuestro cerebro adora las recompensas. Cuando completemos una pequeña victoria, reconozcámoslo. Puede ser algo tan simple como un momento de satisfacción, o algo un poco más tangible si nos ayuda a mantener la motivación.

• Modifiquemos el entorno. Hagamos que el hábito saludable sea fácil de realizar y el no saludable, difícil. Para reducir el consumo de azúcar, retiremos los dulces de nuestra vista en la cocina. El entorno juega un papel fundamental en nuestras decisiones diarias.

• Tengamos paciencia. Adquirir un hábito lleva tiempo. Habrá días en los que no lo consigamos mantenerlo, y eso es normal. Lo importante no es la perfección, sino la persistencia. Si fallamos un día, simplemente retomemos el hábito al día siguiente sin culparnos.

• Identifiquemos nuestro “por qué”. Conectar el hábito con un propósito mayor puede ser un motor poderoso. Preguntémonos: ¿Por qué es relevante para mí tener un cerebro más saludable? ¿Qué beneficios concretos obtendremos? Mantener nuestra motivación clara nos ayudará a mantenernos firme en los momentos de menor entusiasmo.

Al aplicar estas estrategias, estaremos trabajando con la plasticidad natural de nuestro cerebro, no contra ella. Así, esas pequeñas victorias se transformarán en hábitos arraigados que fortalecerán nuestra mente a largo plazo.

Pequeños ejemplos para el día a día

Los pequeños gestos cotidianos pueden tener un gran impacto en nuestro bienestar mental. No se trata de hacer mucho, sino de hacerlo con constancia. Algunos ejemplos:

• Completar un pequeño rompecabezas o un sudoku. Dedicar unos minutos a estos desafíos mentales estimula tu lógica y mejora tu memoria de trabajo.

• Aprender una palabra nueva al día. Ampliar nuestro vocabulario ejercita las conexiones neuronales y enriquece nuestra capacidad de expresión.

• Probar una nueva receta en la cocina. Seguir instrucciones, medir ingredientes y coordinar los pasos activa diversas áreas de nuestro cerebro, desde la planificación hasta la memoria sensorial.

• Apagar las notificaciones de nuestro teléfono por una hora. Reducir las distracciones nos permite enfocar nuestra atención, una habilidad crucial para el pensamiento profundo y la resolución de problemas.

• Dar un paseo de 15 minutos. El ejercicio físico, incluso moderado, aumenta el flujo sanguíneo al cerebro, lo que mejora la concentración y el estado de ánimo.

• Reducir la ingesta de azúcares añadidos. Una dieta más equilibrada impacta directamente en el bienestar de nuestro cerebro.

• Leer un capítulo de un libro diariamente. Esto no solo mejora nuestra comprensión lectora, sino que también fortalece nuestra concentración y nuestra capacidad de inmersión en una narrativa.

• Iniciar un nuevo hobby que requiera cierto aprendizaje. Ya sea tejer, tocar un instrumento musical o aprender un idioma, el aprendizaje continuo es uno de los mejores ejercicios para el cerebro, creando nuevas conexiones neuronales.

Desafíos

1. E – E – N – R – T

Utiliza estas letras para formar tres palabras de 5 letras.

2. Descubre las palabras que responden a las siguientes pistas.

• Ensalada.

• Género musical.

• Velluda.

• Dosel.

• Estaca.

• Ondulación.

• Artículo neutro.

• Cincuenta.

Cada palabra se forma quitándole una letra a la anterior. Con las letras descartadas se forma una palabra que responde a la siguiente definición: “Síncope.”

3. Descubre las palabras que responden a las siguientes pistas. Todas tienen seis letras y finalizan con la combinación “iAL”.

• Ingenioso.

• Intrascendente.

• Fisonómico.

• Comunitario.

• Alegre.

Respuestas:1. Entre. Retén. Tener.2. Salpicón. Calipso. Pilosa. Palio. Palo. Ola. Lo. L. Palabra extra: Síncopa.3. Genial. Venial. Facial. Social. Jovial.

Por Ana Abbona Santín

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/pequenas-victorias-como-habitos-simples-y-constantes-fortalecen-tu-cerebro-y-mejoran-tu-bienestar-nid13072025/

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