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Porsche y Thyssen: el casamiento de la “dos veces princesa” y el heredero que hizo hablar a Europa

La semana pasada una boda con aires imperiales sorprendió a los principales tabloides europeos. No tanto por el enlace en sí, sino por el hermetismo con el que se manejó. Wolfgang Porsche, el he...

Porsche y Thyssen: el casamiento de la “dos veces princesa” y el heredero que hizo hablar a Europa

La semana pasada una boda con aires imperiales sorprendió a los principales tabloides europeos. No tanto por el enlace en sí, sino por el hermetismo con el que se manejó. Wolfgang Porsche, el he...

La semana pasada una boda con aires imperiales sorprendió a los principales tabloides europeos. No tanto por el enlace en sí, sino por el hermetismo con el que se manejó. Wolfgang Porsche, el heredero de la automotriz m{as importante de Europa, y Gabriele Thyssen, figura de la aristocracia, se casaron en Salzburgo, según confirmó el abogado de la pareja a los medios.

La relación no pasó desapercibida y venía dando de qué hablar hacía por lo menos dos años, cuando se hizo público el romance. Uno de los puntos en los que se centraron los títulos es la diferencia de edad entre los novios: él tiene 82 años; ella, 62. Pero parece un detalle menor en esta historia que generó tantos comentarios...

La unión representa el cuarto matrimonio para Porsche y el tercero para Thyssen, a quien muchos definen como princesa por partida doble. Ambos pertenecen a la burguesía alemana y austríaca, y mantenían una amistad desde hacía más de dos décadas. Tras el divorcio de Porsche de su esposa Claudia Hübner en 2023, después de que a ella le diagnosticaron demencia, el vínculo de amistad se transformó en una relación sentimental.

Thyssen es una figura particular en el jet set europeo: heredera de una gran fortuna familiar, consiguió dos títulos nobiliarios y ahora, con este nuevo matrimonio, pasaría a ser directora de una empresa inmobiliaria perteneciente a Porsche.

Camino a la aristocracia

Gabriele Thyssen nació en Frankfurt como Gabriele Renate Homey, en una familia vinculada a la industria del acero. Adoptó el apellido de su padrastro, Bodo Thyssen, heredero del poderoso linaje siderúrgico. Algunos medios europeos, como Point de Vue, sugieren que el cambio de nombre fue una idea de su madre, consciente del peso simbólico del apellido.

Su formación fue tan rigurosa como poco común. Estudió en la escuela Schloss Salem, la misma a la que fue el príncipe Felipe de Edimburgo, la reina Sofía de España y la princesa Irene de Grecia y Dinamarca. Cursó Derecho en las universidades de Múnich y Colonia y en 1990 obtuvo un doctorado en Derecho Internacional, magna cum laude.

A comienzos de los años 80 tuvo una breve incursión artística. Conoció al productor musical Ralph Siegel, quien la impulsó a presentarse en el Festival de Eurovisión de 1986. Bajo el nombre artístico “Gina Boys”, participó con la canción Telefon, aunque quedó en último lugar.

Dos veces princesa

En 1991, con 28 años, se casó con el príncipe Karl-Emich de Leiningen, jefe de una antigua Casas Real de Alemania, emparentada con la corona británica. Desde entonces, muchos medios la presentan como la princesa Gabriele de Leiningen. Además, tienen lazo con los zares de Rusia.

De hecho, en 2013, cuando el príncipe se convirtió del luteranismo al cristianismo ortodoxo, el Partido Monárquico de Rusia lo declaró el principal heredero al extinto trono que ocuparon los Romanov hasta 1917. Por esto adoptó el nombre de Nicolás Kirílovich.

Pero antes de eso, para poder casarse con Gabriele tuvo que renunciar a sus derechos dinásticos de los Leiningen, por tratarse de un matrimonio morganático, es decir, entre “plebe” y nobleza.

Tuvieron una hija, la princesa Teresa de Leiningen, pero la pareja no sobrellevó las rispideces familiares y terminaron divorciándose en 1998. Algunos sugieren, y los tiempos avalan el rumor, de que la separación fue, en realidad, porque ella ya había conocido a su próximo marido, el cuarto Aga Khan.

Es que en mayo de ese mismo año se casó con Karim al-Husseini, el Aga Khan IV, líder espiritual de los musulmanes ismaelitas. Para eso, Gabriele se convirtió al islam, adoptó el nombre de Inaara Aga Khan y recibió el título de begum, equivalente al de princesa. Él le llevaba 27 años y era conocido por ser un “jet-setter que quiere que sus caballos, autos y mujeres sean rápidos”, según un artículo de Sports Illustrated de 1964.

Tuvieron un hijo, Aly Muhammad, nacido en 2000. Pero, una vez más, la relación se quebró rápidamente. En este caso, ella habría probado la infidelidad de su esposo.

El diario El País escribió: “La princesa, que se convirtió al islam cuando se casó para poder ser la begum Inaara, descubrió en 2002 que su esposo le estaba siendo infiel cuando, gracias a un detective privado, descubrió que se había ido de vacaciones a Tanzania con otra mujer en su avión privado”.

Esto derivó en un extenso y conflictivo divorcio que se resolvió recién en 2011. Después, a Gabriele se le conocieron otras parejas, pero ninguna llegó al matrimonio. Todas, eso sí, eran influyentes personalidades dentro del sector empresarial alemán.

De cada uno de sus divorcios, Gabriele se fue con títulos, joyas y millones de dólares.

Fuera de ese ámbito, la “princesa” es respetada y conocida por sus trabajos humanitarios, por ejemplo, en defensa de los derechos de las mujeres, en la lucha contra el abuso sexual infantil y en la repatriación de refugiados afganos, entre muchos otros programas.

Esto le valió el reconocimiento público y en 2007 la revista alemana Gala la eligió como figura número uno de la sociedad: “Mientras que otras mujeres, tras separarse de maridos influyentes, suelen desaparecer de la vida social sin dejar rastro, Su Alteza se catapultó del puesto 19 del año pasado al primer lugar. Mantuvo su compromiso con el trabajo caritativo y su estilo impecable, y no pronunció una sola palabra despectiva sobre su esposo, el Aga Khan”, habían publicado.

Ahora, Gabriele volvió al foco de la atención ya no por ese compromiso social sino, una vez más, por el vínculo con el multimillonario de los autos.

El heredero

Wolfgang Porsche preside el consejo de administración de Porsche Automobile Holding y es nieto de Ferdinand Porsche, fundador de la compañía. Creció rodeado de motores, de negocios y de una fortuna que atravesó generaciones y varias polémicas.

La principal de ellas no lo toca directamente pero tiene que ver con el pasado familiar durante el nazismo. Ferdinand Porsche diseñó, a pedido de Hitler, el Volkswagen Beetle, el “auto del pueblo”. Su hijo Ferry —padre de Wolfgang— fue miembro de las SS.

The Guardian lo resume así: “Ferdinand Porsche convenció a Hitler para que fabricara el Volkswagen Escarabajo. La empresa prosperó bajo el liderazgo de su hijo, Ferry Porsche, quien se alistó como voluntario en las SS, se convirtió en oficial y mintió al respecto durante el resto de su vida. Ferry Porsche diseñó el primer deportivo Porsche y se rodeó de antiguos miembros de las SS en las décadas de 1950 y 1960”.

En estos últimos tiempos, sin embargo, el escándalo que más lo expuso está ligado a su vida privada. Point de Vue detalló: “En marzo de 2023, anunció que se separaba de su esposa, Claudia Hübner, de 74 años, porque le diagnosticaron demencia y él no podía lidiar con eso. Estuvieron juntos por 15 años, pero se casaron cuatro años antes, en el palacio Mirabell de Salzburgo. Los medios y la opinión pública juzgaron con dureza a este hombre que, frente a la enfermedad de su esposa, decidió distanciarse”.

El portal El Mundo lo definió como “el mayor escándalo de su vida”, al divorciarse de su exmujer “enferma, inmovilizada y con demencia, para caer en los brazos de la princesa Gabriele Thyssen, 20 años más joven que él”. La salud de Hübner se deterioró muy rápido después del diagnóstico, tanto física como mentalmente.

“Mientras su casi exesposa pasa sus días al cuidado de cuatro cuidadores que la vigilan las 24 horas, Porsche continúa su labor como presidente del consejo de administración de la empresa familiar. Wolfgang se convirtió en el portavoz del grupo tras la muerte hace 25 años de su padre, Ferry”, escribió El País en su momento.

Entramado patrimonial

Ahora, además del vínculo sentimental entre Thyssen y Porsche, la revista alemana Bild contó que pocos días después del casamiento, hubo “un movimiento clave en el entramado patrimonial de la pareja”.

No involucra a la empresa de autos, pero sí a la inmobiliaria CG17, fundada en 2023, de la cual Porsche era director general, puesto que ahora pasó a Thyssen.

El portal económico austríaco wirtschaft.at detalla que la empresa se dedica a la compraventa y gestión de bienes inmuebles y de inversiones. Thyssen había ingresado como socia en septiembre de 2023, se convirtió en accionista en noviembre y, tras el casamiento, quedó al frente de la gestión.

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A este nuevo puesto se suma el legado financiero de la familia en que la que Gabriele acaba de ingresar. Según el último ranking de Manager Magazin, contó Bild, la familia Porsche cuenta con un patrimonio estimado en 15.500 millones de euros.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/porsche-y-thyssen-el-casamiento-de-la-dos-veces-princesa-y-el-heredero-que-hizo-hablar-a-europa-nid17122025/

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