Qué son la “cuota solidaria” y la de afiliación, los mecanismos de recaudación de los gremios
La decisión del Gobierno de excluir a último momento ...
La decisión del Gobierno de excluir a último momento un ítem del proyecto de reforma laboral que afectaba a la recaudación de los gremios trajo cierto alivio en la CGT. De acuerdo a la iniciativa, oficializada hoy, se excluyó del proyecto de ley la intención de eliminar la denominada “cuota solidaria”, que es la contribución que hace el empleado que no está afiliado al sindicato por la actividad gremial.
En el borrador oficial que circuló previamente, se pretendía la eliminación de este tipo de aportes. Fue uno de los pedidos que hizo el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger.
La “cuota solidaria” se pacta a través del convenio colectivo, con el acuerdo entre las cámaras empresarias y el sindicato principal de la actividad, y la homologación de la Secretaría de Trabajo. El cuestionamiento que pesa sobre el mismo es que su recaudación es compulsiva y no hace falta que se preste conformidad. Sucede sobre todo en el sector estatal, en todos sus ámbitos: nacional, provincial y municipal.
Pero también pasa en el sector privado: por ejemplo, Hugo Moyano encadena ya desde hace años un aporte especial de los empleadores para la obra social de los camioneros. En este caso, se trata de $20.000 por trabajador, lo que genera un ingreso aproximado de $2000 millones para Oschoca, la obra social de los camioneros que está hoy en crisis. Esta conquista de Moyano fue homologada por el secretario de Trabajo, Julio Cordero.
Por ley, la cuota de afiliación se retiene del recibo de sueldo del empleado y el empleador oficia como agente de retención, derivando el dinero directamente al sindicato.
En el proyecto de ley, se mantendrá lo de los agentes de retención, pero se exigirá que los empleados presten conformidad. En la iniciativa se habla de una “conformidad expresa y de un acuerdo entre las partes”, pero no se precisa quiénes deberían ser, si el trabajador con su empleador o la empresa con el gremio.
La otra caja millonaria que administran los gremios es la de la salud. Las obras sociales se nutren del Fondo Solidario de Redistribución (FSR), que administra la Superintendencia de Servicios de la Salud y que se financia con el aporte obligatorio que se les retiene mensualmente a los trabajadores registrados de sus salarios.
Desde el Gobierno informaron que se buscará regular la recaudación de los sindicatos, pero mediante otro proyecto de ley, no el que será discutido ahora en sesiones extraordinarias. Un dato: en 2024, los diputados de La Libertad Avanza no acompañaron en la comisión laboral una iniciativa de Pro y la UCR que apuntaba a limitar los mandatos y la recaudación de los gremios.