Quién era Miguel Ángel Berlini, el hombre que fue a hacerse un implante dental y murió
Una tragedia sacudió este viernes al barrio porteño de Belgrano cuando un hombre de 64 años, identificado como Miguel Ángel Berlini, ...
Una tragedia sacudió este viernes al barrio porteño de Belgrano cuando un hombre de 64 años, identificado como Miguel Ángel Berlini, murió tras realizarse un implante dental en una clínica. La intervención, que se iba a realizar a las 8.30 y debía terminar al mediodía, se extendió por un periodo de cinco horas en el que su familia no sabía qué había ocurrido con Miguel. Ahora, la clínica se encuentra clausurada, y hay dos profesionales detenidos.
La noticia de su muerte y las dudas alrededor de la intervención quirúrgica conmocionaron a la familia de Miguel y a los vecinos de Villa Adelina, San Isidro, donde residía y era muy querido. Su familia era el principal sostén de Miguel: su hermana Alejandra, de 62 años, y sus hijas Camila, de 27, y Celeste, de 30. Las tres eran las que lo esperaban afuera de la sala de operación. Aunque se había separado de la madre de sus hijas hace varios años, mantenían una relación respetuosa y presente.
Para su familia, Miguel era un hombre sereno y dedicado. Basaba su vida en tres pilares: su familia, su trabajo y la cocina. En los últimos años, había construido varios emprendimientos y ejercido como comerciante en kioscos y en heladerías. Entre sus últimas creaciones, se incluía un emprendimiento de pastelería.
En sus redes sociales, decía que se trataba de “Pastelería Artesanal en Lingotes”. Allí mostraba sus diversas creaciones, como el pan dulce, alfajorcitos de maicena, lemon pie, chocotorta, entre otros. Alternaba dichas publicaciones con imágenes de su familia. Sus hijas, sobrinos y primos se llevaban el principal protagonismo. En paralelo, trabajaba como chofer de Uber y había logrado comprarse un auto 0 km.
“Era trabajador y muy honesto. La persona más buena del mundo, excelente padre, excelente hermano. Era el padrino de mi hijo y obró como su padre toda su vida. Como papá con sus hijas era excelente”, detalló su hermana Alejandra.
Las incógnitas detrás del implante dentalMiguel ingresó al quirófano el pasado miércoles 19 de noviembre a las 8.30. Fue en la Clínica Robles, ubicado en Virrey del Pino al 2500, propiedad del cirujano plástico, de 57 años, Marcelo Fernando Robles. El quirófano había sido alquilado por el cirujano maxilofacial José Miguel Galeano, de 47 años, para realizar la operación.
Los estudios prequirúrgicos se encontraban en regla y Berlini no tenía antecedentes médicos, informó su hermana. La intervención debía terminar al mediodía del miércoles. Les habían dicho que Miguel iba a poder regresar a su casa antes de las 17.
Cuando el odontólogo arribó, llevó a Miguel al quirófano y a la familia a otro cuarto separado de la sala de espera. Fue entonces que Alejandra charló con el doctor sobre los riesgos de la cirugía: “Me dijo que la anestesia era en la boca y que le iban a dar otra sedación completa del cuerpo”. Sin embargo, a medida que pasaban las horas, la situación se volvió cada vez más alarmante.
A las 12 apareció Robles y le dijo a Alejandra: “Lo van a terminar de suturar, lo voy a llevar a terapia para escanearle la boca”. Sin embargo, la hermana de Miguel le pareció sospechosa la afirmación cuando una mujer en la sala le dijo que a ella la habían escaneado en la habitación y no en terapia.
“Ya te vengo a buscar así lo ves”, le dijo Robles cuando vio la preocupación de Alejandra. Pero el doctor no volvió. Las sospechas de que algo grave había pasado aumentaron cuando, a las 13.30, llegó el abogado de Robles a la clínica. Mientras tanto, la espera continuaba.
Fue cinco horas después, a las 17.30, que Robles y Galeano se presentaron con la familia. “Tenemos que hablar con ustedes. Hubo un inconveniente. Cuando lo terminamos de suturar hizo un paro cardiorrespiratorio. Intentamos reanimarlo por 40 minutos“, les dijeron. Tras ello, efectivos de la Comisaría Vecinal 13C se presentaron en el lugar. Alejandra contó que le tomaron los datos de filiación y le dijeron que dieron aviso a la Fiscalía.
En paralelo, la hermana de Miguel reportó que el personal del establecimiento se comunicó dos veces con el SAME y con la Policía, ambas para advertir por una emergencia donde había un hombre con “bajos signos vitales”, y luego para cancelar dicha urgencia porque el paciente había fallecido.
También denunció que Robles le advirtió que le practicaron RCP por 40 minutos aunque no tenían electroshock en el quirófano: “Jamás lo iban a reanimar de esa manera. Cuando alguien tiene un paro cardiorrespiratorio, se le inyecta una medicación para que el corazón vuelva a bombear, y acá no le inyectaron nada, solo le hicieron RCP con las manos”.
“Ni siquiera me dejaron ver el cuerpo. Recién voy a poder verlo cuando me indiquen que tengo que retirarlo de la morgue”, reclamó Alejandra.
El fiscal Belloqui, a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°59, ordenó a la Unidad Criminalística peritar el quirófano, trasladar el cuerpo a la morgue forense y secuestrar la historia clínica, las credenciales profesionales y toda la documentación vinculada al procedimiento.
Detuvieron a Robles y Galeano, que fueron imputados de manera preliminar por homicidio culposo. En tanto, la clínica fue clausurada con una faja judicial.