Generales Escuchar artículo

“Quiero mostrarle a mi hija que podes tener una voz en cualquier industria”: quién es la primera mujer en la historia en fundar y dirigir una automotriz

En tiempos donde la tecnología se convirtió en el eje principal del diseño de muchos autos, una startup estadounidense propone volver a las bases: conectarse con el placer de manejar y el víncu...

“Quiero mostrarle a mi hija que podes tener una voz en cualquier industria”: quién es la primera mujer en la historia en fundar y dirigir una automotriz

En tiempos donde la tecnología se convirtió en el eje principal del diseño de muchos autos, una startup estadounidense propone volver a las bases: conectarse con el placer de manejar y el víncu...

En tiempos donde la tecnología se convirtió en el eje principal del diseño de muchos autos, una startup estadounidense propone volver a las bases: conectarse con el placer de manejar y el vínculo emocional con la máquina.

Desde el corazón del Hudson Valley, en Nueva York, Dacora Motors nace con la promesa de redefinir el lujo desde la personalización extrema, la artesanía y la tecnología al servicio de la experiencia.

Su fundadora, Kristie D’Ambrosio-Correll, es ingeniera del MIT y ex CTO (Chief Technology Officer, directora de Tecnología) de Mirror, la empresa de fitness en el hogar que se vendió a Lululemon (compañía canadiense de ropa deportiva y accesorios) por US$500 millones. Además, es madre de una hija y la primera mujer en la historia en fundar y dirigir una automotriz.

En una entrevista exclusiva con LA NACION, D’Ambrosio-Correll detalla el modelo con el que prevé iniciar la producción de su primer auto en 2028, explica por qué eligieron que sea eléctrico, cómo funciona su propuesta de hiperpersonalización y qué lugar ocupa la inteligencia artificial en el desarrollo de la marca. También anticipa cómo será el Dacora Garage —una combinación de taller y hotel para sus compradores— y reflexiona sobre los desafíos de fabricar en Estados Unidos y abrirse camino en el mismo terreno que hoy dominan Rolls-Royce o Bentley.

— Hiciste historia al convertirte en la primera mujer en fundar y dirigir una automotriz. ¿Qué significa eso para vos?

— También soy mamá de una hija. Así que para mí, se trata de representación. Las mujeres compran más autos que los hombres e influyen en más decisiones de compra de autos que los hombres en todo el mundo. Entonces se trata de ser visibles. Yo he sido ingeniera toda mi vida. Estuve en tecnología toda mi carrera, y muchas veces fui la única mujer, la minoría. La representación es muy importante. Y quiero mostrarle a mi hija que podés tener una voz en cualquier industria. Y que en la industria automotriz, en particular, lo que las mujeres quieren, lo que necesitamos, debe ser visto y escuchado. Y creo que eso importa.

— ¿Sentís que todavía el machismo sigue presente en una industria históricamente dominada por hombres?

— Te voy a ser sincera, la verdad es que directamente no lo he experimentado, y estoy muy agradecida por eso. En otros trabajos, en otros momentos, sí lo viví. Pero en este rol y en esta industria, no. Y eso ha sido algo muy bueno. Pero también diría esto: si no sos una mujer, si no pasás tiempo como consumidora mujer, probablemente no puedas construir productos para ellas tan bien. Así que, aunque todos los hombres que están diseñando y liderando empresas en esta industria tengan las mejores intenciones hacia las mujeres, llega un punto en el que una voz femenina tiene que ser escuchada —y escuchada en lo más alto—. Hemos visto empresas con equipos de diseño completamente femeninos, o equipos de producto liderados por mujeres, o ingenieras que han hecho cosas fantásticas en esta industria y eso nos encanta. Pero tener a una mujer al frente, tomando decisiones de marca y de negocio, creo que es un paso importante.

— ¿Cuál fue el primer auto del que te enamoraste, o ese que soñabas con tener algún día?

— Te voy a dar dos respuestas, porque fueron más o menos al mismo tiempo. Desde chica pasaba tiempo con mi papá arreglando autos, así que tuve muchas experiencias con los vehículos desde una corta edad. Pero... llegás a esa edad, más o menos a los 15 o 16 años, cuando estás lista para empezar a manejar y empezás a mirar los autos de otra manera. Al menos para mí fue así. Y cuando mi hermana se fue a la universidad —mi única hermana—, su escuela tenía un auto clásico tipo Woodie. No podría decirte hoy qué modelo era, pero me enamoré de los Woodie americanos y de toda la cultura de surf que los rodea, y me obsesioné completamente. Si mirás nuestro auto, tenemos un capó de madera, y eso viene de mi amor por este tipo de modelos clásicos y por esa parte de la cultura automotriz estadounidense. Ese es uno.

Y después, cuando tenía 16, recuerdo que alguien en mi trabajo puso un aviso que decía que vendía su viejo Studebaker. Mi papá me llevó a verlo. Yo todavía no tenía licencia de conducir. Era un modelo con caja de tres velocidades con la palanca montada en la columna de dirección... pero me encantó. Era un viejo Studebaker color celeste claro. Y mi papá me dijo: “No creo que podamos permitirnos mantener a este bebé”. Igual lo fuimos a probar. Me encantó. Las curvas, lo diferente que era, lo táctil, cómo vibraba... me fascinó todo. Ese va a quedar como el auto que me hubiese encantado tener como primero, pero que al final no compramos.

— ¿Qué significa hoy el lujo en el mundo automotriz y cómo busca redefinirlo Dacora?

— Creo que el lujo hoy significa lo mismo, tanto en el mundo automotor como en todos los otros rubros: personalización y conexión. Es un mundo de pantallas digitales, donde estamos saturados de información, con nuestra atención constantemente fragmentada. Y ahora también, en el mundo de la inteligencia artificial, esperamos que las cosas estén hechas para nosotros, ¿no? Esperamos que los anuncios que vemos estén ajustados a lo que nos gusta, a lo que sabemos. Y por eso, si la publicidad puede hacer eso, también deberíamos esperar que los productos que amamos lo hagan: que sean realmente personales. No queremos cosas hechas en serie, porque son esas experiencias las que nos hacen sentir vivos, nos hacen sentir verdaderamente especiales. Son las cosas que hacen que la vida valga la pena. Para mí el lujo definitivo es eso: conexión. Conexión real.

Dacora Motors presenta su primer modelo

— ¿Qué te inspiró a entrar en esta industria?

— Siempre me encantaron los autos. Crecí compartiendo esa pasión con mi papá, que era un fanático de los autos americanos, profundamente apasionado. Recuerdo que cuando tenía unos 15 años le pregunté: “¿Cuál es el mejor auto americano? ¿Cuál es el más lujoso, el más exclusivo?”. Porque yo ya sabía cuál era el británico, el italiano… Pero le pregunté: “¿Y el nuestro?”. Y él me dijo: “No hay uno. No tenemos uno”. No tenemos una voz en el segmento del ultra lujo. Somos conocidos por Ford, por el modelo T, por otras cosas, pero no por el ultra lujo. Y yo pensé: Bueno, deberíamos tenerla. Después seguí mi camino: estudié ingeniería, trabajé muchos años en electrónica de consumo y hardware… Pero mi amor por los autos nunca desapareció. Mi marido también es un apasionado de los autos. Eso fue algo que nos unió desde el principio. Él creció restaurando autos clásicos americanos con su familia. Y entonces, cuando dejé Mirror, me puse a pensar: “¿Qué sigue?”. Nunca hubo dudas. Siempre supe que esto era lo que quería hacer. La verdadera pregunta era si me animaba. Siempre lo supe, pero me llevó tiempo estar lista para decirlo en voz alta y hacerlo realidad.

— ¿Cuál es tu mayor sueño o meta dentro de la industria?

— Hacer que el lujo automotriz estadounidense sea reconocido y respetado a nivel global. No quiero que Estados Unidos solo sea conocido por las pickups y por el modelo T. Y ojo, amo mi pickup y me encantan los modelos T. Pero creo que también merecemos ser reconocidos por el ultra lujo y la alta artesanía. Tenemos muchos artesanos increíbles en este país. En este recorrido conocí marcas y compañías fascinantes, escuché historias de herencia americana riquísimas y creo que, a veces, eso se pierde…

— ¿Qué te motivó a traer de vuelta el diseño Art Déco y ese estilo retro?

— Hay varias razones. Primero: siempre me encantaron los autos vintage. Creo que las líneas curvas de la era Art Déco, los autos streamline moderne, me llegan mucho. Me parecen un poco más femeninos en su estilo. Son suaves, son bellísimos. Siempre me fascinó esa época. Y después, cuando se habla del futuro —y mirá que yo soy una tecnóloga, soy ingeniera en computación y en electricidad de formación, estudié inteligencia artificial en la universidad—, muchas veces se imagina un diseño muy duro: líneas rectas, paneles planos, nada curvo, nada con formas naturales. Y yo quise imaginar un futuro diferente. Veo un futuro más conectado con la naturaleza. Y eso debería verse tanto en el producto que hacemos como en el impacto que tiene en el ambiente… pero también en cómo se ve. Así que hice que mi equipo de diseño volviera a mirar cosas como la proporción áurea, que está presente en la naturaleza.

También destacarse es muy importante. Es triste que hoy casi todos los autos se parezcan. Si no tuvieran logo, sería difícil distinguirlos. Por eso, salir al mercado con un diseño que realmente se vea diferente y se sienta único era clave. Y no estamos hablando de un concept car: el auto de producción se va a ver así. Queríamos mostrar que sí se puede fabricar un auto distinto, único. Recuerdo cuando era chica y salió el PT Cruiser era muy distinto, tenía una especie de culto a su alrededor. Y yo pensaba: “Es tan diferente”. Y eso es importante. No tenés que parecerte al resto para llegar lejos.

— ¿Y tal vez por eso también decidieron volver a usar pantallas más chicas y botones físicos? ¿Cambiar el diseño interior?

— Sí. Mi marido restauró un auto cuando estaba en la secundaria. Es absolutamente hermoso. Te subís y podes ver todo, es fácil de manejar, no hay distracciones. Simplemente pensás: “Voy a salir a manejar”. Cuando empezamos a hablar de esto —hace ya varios años—, dijimos: “¿Por qué a veces es tan fácil manejar un auto antiguo?”. Y es porque, si bien la tecnología es fantástica —y yo amo la tecnología, nos ha dado muchísimo, sobre todo en seguridad—, también nos ha quitado atención del acto de conducir en sí. Hoy controlás tu música, el GPS, la temperatura, ver cómo está el clima… Hay que tocar muchas cosas para cambiar algo. Todo eso es distracción. Y sabemos que, para manejar de forma segura y estar realmente presentes, nuestra mente tiene que estar enfocada en conducir. Pero hoy estamos sobrecargados de estímulos: pantallas, luces, sonidos, vibraciones…

— ¿Quién es el comprador típico de Dacora? ¿Qué busca que no encuentra en un Rolls-Royce o un Bentley?

— La mayoría de nuestros clientes ni siquiera se interesan por Rolls-Royce o Bentley, tal vez unos pocos sí. Pero claramente hay algo que no están encontrando en esas marcas. Y ahí es donde descubrimos varias cosas. Una es la tecnología. Las automotrices más nuevas, como la nuestra, se piensan desde la tecnología: el desarrollo empieza por el software, por lo digital, no por el motor o la estructura del auto. Así que, por un lado, a esas marcas tradicionales les falta tecnología actual. Y a veces, también les falta calidad o valor. Muchos clientes que se subieron recientemente a un Rolls-Royce o un Bentley —o a algunos otros autos de lujo—, nos dicen: “Hay más plástico del que me gustaría”. Nosotros queremos materiales naturales. Esto se da porque nuestros clientes buscan una experiencia más auténtica en el auto y eso es algo que nosotros ofrecemos.

También hay un deseo fuerte de personalización real, y eso es algo que la mayoría de las marcas no puede dar. Nosotros nacimos con ese enfoque: somos modulares desde el inicio, construimos bajo pedido, no en serie. Entonces podemos ofrecer más que “elegí el color del asiento o el tipo de moldura”. Podemos darle algo que evolucione con cada uno y que cambie con el tiempo.

Nuestro cliente típico suele ser una persona emprendedora. Y su vida se mueve fluidamente entre el trabajo y la casa, donde su recurso más valioso es el tiempo. Para ellos, el auto tiene que estar a la altura de ese valor. Durante la semana podes usarlo como una oficina ejecutiva en la parte trasera, con una configuración pensada para trabajar mientras te llevan. Y el fin de semana, podes sacar esa configuración y agregar más asientos y salir con tu familia a donde quieras. Les damos la posibilidad de que el auto se transforme rápido, que se adapte a sus necesidades sin esfuerzo.

— ¿Cuántas unidades planean producir y entregar por año?

— Vamos a empezar con una producción pequeña en 2028. La razón es que la producción comenzará recién hacia finales de ese año. Así que serán unas 50 unidades ese primer año. Luego subiremos a unas 300 unidades el año siguiente. Y después esperamos llegar a alrededor de 5000 unidades anuales, escalando de forma gradual. Obviamente, vamos a tomar las señales que nos dé el mercado, pero nos gustaría establecernos ese rango.

— ¿En qué etapa se encuentran hoy como Startup? ¿Tienen rondas de inversión por delante?

—Estamos claramente aún en nuestras primeras etapas, pero ya hemos superado las más difíciles. Presentamos el exterior de nuestro vehículo a principios de este año. Vamos a presentar el total del interior en The Quail en Pebble Beach más adelante este verano (un encuentro automovilístico de marcas de lujo que se lleva a cabo en el noroeste de California) y esperamos comenzar las obras en nuestro predio de manufactura a comienzos del año que viene. Así que estamos muy encaminados.

— Venís del mundo tecnológico, donde los productos evolucionan todo el tiempo. ¿Cómo aplicas esa mentalidad a una industria que por momentos es tan rígida como la automotriz?

— Como comenté anteriormente, diseñamos nuestro producto de forma modular, con la intención de que pueda evolucionar y cambiar rápidamente. Eso es algo que uno aprende en electrónica de consumo: los productos tienen que ser a prueba del futuro. Nosotros construimos con esa mentalidad desde el principio. Y claro, hoy la mayoría de los autos pueden actualizarse por software, vía remota. Nosotros también lo hacemos así. La mayor lección del mundo del consumo masivo es pensar cómo ser lo más flexibles posible.

— ¿Cómo convencen a los compradores de lujo, que todavía prefieren motores a combustión, de pasarse a un eléctrico?

— No estamos acá para convencer a nadie. Si te enamorás de mi auto, te va a gustar que sea eléctrico. Es así de simple. No busco convencer a todo el mundo de que un auto eléctrico es lo correcto para ellos. Elegimos un tren motriz eléctrico por varias razones: es muy silencioso, ofrece una conducción suave y nos permite aplicar la lógica de carrocería personalizada con más facilidad. Todo eso era importante, no solo para el producto y nuestros clientes, sino también para nuestro estilo de negocio. Dicho esto, estamos ofreciendo una opción híbrida a aquellos clientes que tal vez quieran algo diferente. Pero no estamos en una cruzada por convencer a nadie. Simplemente sentimos que esta es la mejor opción para nuestro producto.

— Eligieron fabricar en EE.UU., lo que se alinea con una de las políticas industriales de Trump. ¿Qué los llevó a tomar esa decisión?

—Tomamos esa decisión mucho antes de cualquier elección. Nuestra decisión se basa en el deseo de crear empleos calificados y artesanales de alta calidad en Estados Unidos. Hay muchísima gente talentosa, especialmente en el Hudson Valley, que es donde planeamos producir. Y queremos que el mundo sepa eso: tenemos algo especial acá. Siempre fue nuestro objetivo. Como mencioné antes, mi papá era un gran amante de los autos americanos, así que siempre soñé con construir una marca de autos estadounidense, que fabrique en los Estados Unidos.

— ¿En qué consiste la propuesta del Dacora Garage? ¿Qué tipo de experiencia buscan ofrecer ahí?

— Será una combinación de telier de fabricación y espacio de hospitalidad. Será un lugar donde los clientes puedan vivir la marca, conocer a quienes fabrican sus autos, conectarse con el proceso. Podrán involucrarse con la cultura automotriz y conocer a otros propietarios. Es una oportunidad para que nosotros conozcamos a nuestros clientes de forma directa, ya que somos una marca directa al consumidor, sin intermediarios. Todo estará personalizado: incluso tu llave de auto te dará acceso a tu habitación de hotel, por ejemplo. Todo estará conectado. Vamos a ofrecer espacios para interactuar con otros miembros, con nuestro equipo, con nuestros artesanos. Y todo estará enraizado en la tradición automotriz estadounidense, en el Hudson Valley, y en su hermosa cultura artesanal. Será una expresión total del espíritu de Dacora como marca.

— ¿Cómo surgió la alianza con Pininfarina?

— La verdad es que no quería trabajar con una firma de diseño externa o sumar gente de afuera, pero bueno, es Pininfarina… conocía su reputación. Fuimos a hablar con ellos, que no trabajan con cualquiera. Tenés que pasar un proceso tipo entrevista. Les llevamos algunos de sus diseños antiguos, hechos décadas atrás, y les dijimos: “Esta es nuestra inspiración. Queremos ver qué pueden hacer mirando hacia atrás”. Pininfarina suele mirar muy hacia adelante en sus diseños, así que nosotros les propusimos mirar hacia su propia herencia, y reinterpretarla con una mirada moderna. Llevamos nuestras propias ideas, nuestra visión de cómo debe ser una marca americana, porque ellos, obviamente, son italianos. Fue un proceso muy colaborativo, muy cercano. Ellos diseñaron nuestro exterior, y dentro de unas semanas presentaremos el interior en Pebble Beach, que también es obra de ellos. Fue una experiencia fantástica.

— Imaginemos el futuro de la empresa. No en 5 años, sino cuando ya estén consolidados dentro del mercado de ultra lujo. ¿Podes imaginar una línea más accesible dentro de su oferta de modelos o la exclusividad siempre va a ser parte del ADN de Dacora?

—Para serte sincera… no sé si hoy puedo responder eso con total claridad. Estamos completamente enfocados en nuestra línea de ultra lujo. A dónde nos lleve eso más adelante… no lo sé. Mucha gente me lo pregunta, especialmente siendo mujer: si algún día me gustaría ofrecer un auto para un segmento más amplio. Pero eso va a depender del estado del negocio, de la industria y de muchas otras variables. Estamos abiertos a muchos futuros posibles, pero hoy estamos concentrados en nuestra propuesta de ultra lujo.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/autos/quiero-mostrarle-a-mi-hija-que-podes-tener-una-voz-en-cualquier-industria-quien-es-la-primera-mujer-nid14072025/

Volver arriba