Racing, semifinalista del Clausura con el sello de Costas y las manos de Cambeses
Racing logró una clasificación digna del ciclo Costas: con sufrimiento, con mucho amor propio, con momentos de dramatismo y con un estallido que hizo delirar a la multitud que se quedó hasta pas...
Racing logró una clasificación digna del ciclo Costas: con sufrimiento, con mucho amor propio, con momentos de dramatismo y con un estallido que hizo delirar a la multitud que se quedó hasta pasada la medianoche en el Cilindro de Avellaneda para meterse en las semifinales del Clausura. Boca, en la Bombonera, será el próximo gran objetivo de la Academia, que tuvo como héroe a Facundo Cambeses, quien atajó los penales de Tomás Cardona y Joaquín Laso en el 4-2 de la serie posterior al empate sin goles en los 120 minutos.
Racing salió determinado a dar el primer golpe desde el inicio, pero la mayor parte de sus avances se quedaban en insinuaciones de mayor o menor tenor. Santiago Solari y Duván Vergara, quien se había metido en el once inicial por Tomás Conechny, intentaban desnivelar para encontrar a Adrián Martínez, cuya actuación resultaría clave para entender el desarrollo del encuentro que definió al rival de Boca en las semifinales.
Con el control territorial y de la pelota, a la Academia le costaba encontrar el pase que rompiera el orden de los dirigidos por Diego Dabove, cuyo plan era achicar líneas, cortar en su propio campo y salir disparado de contraataque, con David Romero e Ignacio Russo agazapados para ese objetivo. Apenas un zigzag de Romero afuera del área que concluyó con un remate elevado, más un intento de pase a Russo que desactivó Agustín García Basso fueron parte de las escasas excursiones visitantes en el terreno albiceleste.
Después de un primer tiempo en el que al elenco de Gustavo Costas le costaría reflejar su rol protagónico en ocasiones concretas, la segunda parte iría de menor a mayor en jugadas de riesgo, tensión y drama. Maravilla Martínez, sinónimo de gol a lo largo de todo el ciclo exitoso comandado por Gustavo Costas, tendría su noche más difícil desde que viste la camiseta celeste y blanca.
En el marco de su peor racha sin conquistas en la Academia, ya que su último gol fue el 16 de septiembre de este año (le anotó a Vélez para ganar 1-0 en la ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores), el profeta del gol desperdició situaciones tan claras como increíbles: un mano a mano (Felipe Zenobio le tapó una acción así a los 37 minutos del segundo tiempo), y en distintos rebotes en la boca del arco del Matador, como los que no pudo orientar hacia la red tanto en el segundo tiempo como en el suplementario.
Cuando faltaba un minuto para que se terminaran los 90, Maravilla se desplomó totalmente desmoralizado: Zenobio había dado un rebote tras un remate potente de Gastón Martirena; el 9 académico estaba solo en el área chica, pero su intento de definición, con el arquero por el piso, terminó con la pelota yéndose por encima del travesaño. De inmediato, los hinchas cantaron desde los cuatro costados con todas sus fuerzas “¡Maravilla, Maravilla!/ ¡Maravilla, Maravilla, Maravilla!”.
Cuando más lo necesitaba, el ídolo que ya acumula 50 conquistas en el club de Avellaneda recibía una demostración de total apoyo del público. En la última jugada de los 90 minutos, intentaba liderar un contraataque prometedor y fue bajado por una patada descalificadora de Ramón Arias, quien resultó lógicamente expulsado.
En el arranque del suplementario, ni todo el envión del público torció la mala noche del goleador, que se arrojó de palomita luego de un centro de Santiago Solari y estuvo a milímetros de quebrar la extensa serie de partidos sin anotar.
Desde aquel 16 de septiembre con gol en Liniers, pasaron para Maravilla la revancha copera con Vélez (90 minutos); la eliminación en la Copa Argentina frente a River (89 minutos y expulsión); ambos partidos de la serie de Libertadores con Flamengo (177 en total); más los cotejos del Clausura frente a Independiente (90), Aldosivi (19), Defensa y Justicia (88), Newell’s (90) y River (90). A esa estadística de partidos y minutos sin goles se incorporaron en la noche de Avellaneda los 120 que protagonizó ante Tigre. En total, 890 minutos con el arco cerrado.
Así como Racing apretó durante el segundo tiempo y también en los 30 minutos del suplementario, aún con los vaivenes que significaron las expulsiones de Gastón Martirena (en el primer tiempo extra) y de Santiago Sosa (en el segundo), Tigre había encontrado espacios y también perdonó a los de Gustavo Costas: Ignacio Russo tuvo al menos tres jugadas muy propicias, pero hasta falló debajo del arco en el área chica.
Cambeses, el héroe de RacingAtaques que de forma inverosímil no terminaban en gol, jugadores extenuados y polémicas arbitrales también se sumaron a la ecuación de un juego que otra vez tuvo drama en el Cilindro de Avellaneda: Andrés Merlos, cuyo criterio para sancionar hasta las faltas más insignificantes suele ser errado, quedó en el ojo de la tormenta en el suplementario por un claro impacto de Zenobio contra Tomás Conechny. Sin embargo, tanto el juez de cancha como el del VAR (Pablo Dóvalo) no consideraron que hubiera penal para Racing.
Lo mejor del partido“Chiqui Tapia, botón/ Chiqui Tapia, botón/ ¡Sos un hijo de p…, la p… que te parió!”, explotaron los hinchas contra el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, furiosos por las determinaciones de Merlos, quien señaló el final de los 120 sin goles y dio lugar a los penales que tuvieron a Cambeses como el héroe. En la noche en la que Gabriel Arias salió al Cilindro por última vez como jugador de Racing, el cambio de mando quedó ratificado con las atajadas del ex Banfield, pilar de este Racing que se reconvirtió: de mortífero en el área rival, a casi inexpugnable de la mano de su arquero.