Reversión del Gasoducto del Norte: el Gobierno inaugura la última obra “financiada por el Estado”
El Gobierno inauguró hoy “la última obra financiada por el Estado”, como dijo el secretario coordinador de Energía y Minería, Daniel González, en Córdoba. Se trata del proyecto de reversi...
El Gobierno inauguró hoy “la última obra financiada por el Estado”, como dijo el secretario coordinador de Energía y Minería, Daniel González, en Córdoba. Se trata del proyecto de reversión del Gasoducto Norte, que permitió dejar de importar gas de Bolivia y abrirá la posibilidad de comenzar a exportar a Brasil.
Luego de invertir alrededor de US$740 millones con financiamiento público y a través de un crédito de US$540 millones del Banco de Desarrollo para América Latina y el Caribe (CAF), el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, junto con el ministro de Economía, Luis Caputo, y el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, hicieron un acto público hoy para inaugurar la obra que dejó licitada el gobierno de Alberto Fernández y que era imprescindible para abastecer de gas a las provincias del norte argentino.
“Se gastaron US$20.000 millones en importaciones de gas de Bolivia en las últimas décadas”, dijo Damián Mindlin, presidente de Sacde, una de las empresas constructoras de la obra, junto con Techint y BTU.
Luego de haber dejado de importar gas de Bolivia el mes pasado, la industria comenzó a debatir acerca de cómo llegar con las moléculas de Vaca Muerta a Brasil. Si bien el Gobierno empezó a otorgar permisos de exportación interrumpibles para este verano, las empresas productoras señalan que no se podrá exportar hasta que la empresa estatal Energía Argentina (Enarsa) instale un medidor bidireccional que permita habilitar la operación.
Enarsa, que cambió de autoridades recientemente, tiene en carpeta hace tiempo licitar la obra, que tiene un plazo de construcción de 90 días, por lo cual se descarta llegar este verano con exportaciones a Brasil.
Tristán Socas, el nuevo presidente de Enarsa, quien llegó a esa función por recomendación de Francisco Caputo, hermano del asesor presidencial Santiago Caputo, estuvo en la inauguración de la obra de reversión del Gasoducto del Norte. Cambió el sentido del flujo del gas para poder abastecer las provincias del norte argentino con las moléculas de Vaca Muerta, en vez de importar gas de Bolivia.
Otro desafío que tiene la industria para acelerar las ventas a Brasil es negociar con Bolivia costos de “peaje” menores a los que busca cobrar hoy en día –entre US$1,4 y US$2 el millón de BTU (medida inglesa que se utiliza en el sector)-.
Pese a estos trámites que quedan por resolver, la Argentina está a un paso de volver a exportarle gas a Brasil. Ya lo había hecho en el pasado, a través del gasoducto que une Aldea Brasilera, en Entre Ríos, con Uruguayana, en Brasil. Es un ducto con una capacidad de transporte de 10 millones de metros cúbicos diarios (m3/d) que solía abastecer la central térmica de 600 MW en Uruguayana. Sin embargo, hace más de 20 años que está en desuso, cuando el país cortó sus exportaciones a Chile y Brasil en plena crisis energética.
El hito ahora sería que la Argentina exportaría gas a Brasil a través de Bolivia, usando la infraestructura existe por la cual hasta septiembre pasado se le compraban las moléculas a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) para abastecer las provincias del norte argentino.
En los planes del sector se analizan dos formas de exportación. Por un lado, utilizar los gasoductos para abastecer el consumo industrial de Brasil y, por el otro, enviar gas natural licuado (GNL) a las centrales termoeléctricas, cuya demanda varía según la generación hidroeléctrica.
“Para llegar al sector industrial hay una muy buena oportunidad de llegar por gasoductos”, dijo Daniel Ridelener, CEO de la transportista TGN, en un seminario organizado por el Instituto de Energía de la Universidad Austral. El ejecutivo calculó que en una primera etapa se podrían empezar a exportar 3 millones de m3/d, para después ampliar esa capacidad a 10 millones.
Cuando se sumen las exportaciones de GNL, a partir de 2027, cuando llegue el buque de licuefacción que alquiló Pan American Energy (PAE) a Golar, las ventas a Brasil podría aumentar a 15 millones de m3/d de gas, lo cual cambiaría la ecuación de la balanza comercial de deficitaria, actualmente, a superavitaria.
Con una producción actual de 150 millones de m3/d, la Argentina podría estar en los próximos años exportando el 8% de su producción a Brasil.
El precio máximo al que se podría concretar la operación sería a US$10 el millón de BTU. Para ello, el valor en boca de pozo no debería ser superior a los US$3,5 el millón de BTU. Actualmente, a raíz de una resolución de la Secretaría de Energía, la Argentina tiene un precio piso de exportación de US$5,3 el millón de BTU, que quedó de la administración de Alberto Fernández.