Generales Escuchar artículo

Riyad Mahrez, la figura contracultural de Argelia, una excepción a la regla del “generoso” Grupo J

Tenía 15 años cuando Ahmed, su padre, sufrió un fatal ataque al corazón. Riyad Mahrez, un zurdo picante que solía esquivar contratiempos en Sarcelles, una ciudad que invitaba a la perdición, ...

Riyad Mahrez, la figura contracultural de Argelia, una excepción a la regla del “generoso” Grupo J

Tenía 15 años cuando Ahmed, su padre, sufrió un fatal ataque al corazón. Riyad Mahrez, un zurdo picante que solía esquivar contratiempos en Sarcelles, una ciudad que invitaba a la perdición, ...

Tenía 15 años cuando Ahmed, su padre, sufrió un fatal ataque al corazón. Riyad Mahrez, un zurdo picante que solía esquivar contratiempos en Sarcelles, una ciudad que invitaba a la perdición, sintió el mundo desmoronarse.

“Me llevaba a todos los partidos, quería que fuera futbolista. Él había jugado en pequeños equipos de Argelia y Francia. De chico, me reía mucho, trataba de divertirme, de pasarla bien todo el tiempo. No sé si empecé a ser más serio, pero tras la muerte de mi papá las cosas empezaron a funcionar de otro modo. Tal vez mi cabeza quería otra cosa”.

El crack multicultural tendrá 35 años en el Mundial, es el capitán y emblema de los Zorros del Desierto, la selección de Argelia, el primer rival del campeón del mundo. Es la excepción a la regla del “generoso” Grupo J: la única figura con peso específico en el historial. Casi nada en Austria, nada en Jordania.

Creció en un suburbio al norte de París. Su padre tenía 54 años y era argelino. Su madre, Saliha, que lo acompañaba a todos lados, como si se tratara de un guardaespalda del afecto, es de origen marroquí. En honor a su papá, actuó con el corazón: rechazó la invitación de Francia, se vistió de Argelia, mucho más que una bandera. Como tantos otros, en tiempos sin fronteras deportivas.

“Solía ir de vacaciones todos los años a Argelia. Tengo muchísimos familiares en ese país. Viví en Francia, pero mi corazón es argelino”, cuenta el crack, que ahora juega en el Al-Ahli saudí. Es el capitán y figura del primer adversario de la Argentina, el 16 de junio próximo. El último gran impacto fue en julio de 2019, cuando venció a Senegal por 1 a 0 y se consagró campeón de la Copa África luego de 29 años. El líder de la manada convirtió tres goles en 7 encuentros.

Magic from Mahrez 🪄@Mahrez22 with an unbelievable free-kick for @ManCity 😳#EmiratesFACup pic.twitter.com/UlirKf9lnL

— Emirates FA Cup (@EmiratesFACup) January 8, 2023

No arma el arbolito de Navidad, no invierte en regalos en Nochebuena. Es musulmán (practicante) y fue a la Meca en 2017, junto con un grupo de amigos. Su vida son las oraciones y los zurdazos, más allá de que sufre los estragos de la fama, como algunas celebridades. Le ocurrió años atrás, cuando fue señalado por Rita Johal, su exmujer.

Fue contratado por el Manchester City de Pep Guardiola en julio de 2018, procedente desde Leicester, la cenicienta, por casi 68 millones de euros. Había sido uno de los artífices de la Premier League ganada en 2016 por el elenco azul. Un cuento de príncipes jamás escrito, rubricado por los goles de Jamie Vardy y las gambetas del argelino. En el City pasó del sótano de las intermitencias a la explosión. Compartió vestuario con Nicolás Otamendi y el Kun Agüero, fue maltratado en público por Pep –siempre enérgico cuando da indicaciones-, hasta que se ganó su confianza. “Habíamos hablado en el entretiempo sobre la manera en que quería que jugáramos. No lo hizo bien y bueno, pasan estas cosas...”, había asegurado el conductor.

El tiempo cura las heridas. “Jugó muchos partidos a un gran nivel, marcado goles y dando asistencias. Riyad ha estado muy fuerte mentalmente, concentrado y ha hecho un gran trabajo. También ayuda en la defensa. Es un placer verlo jugar”, solía expresar el catalán. Pero los problemas –los problemas en serio, más allá de las corridas por el sector derecho, pierna cambiada-, se expresaron en los tabloides sensacionalistas. El corazón roto.

Cuando los propietarios del City le depositaron 186.733 euros a la semana el crack cambió la personalidad, según advirtió su anterior mujer en The Sun. Fue un escándalo. “El amoroso, humilde y cariñoso Riyad desapareció. No puedo comentar sobre la vida de otras personas, pero mudarme allí cambió a mi esposo. Riyad Mahrez dejó que la fama se le subiera a la cabeza. Cambió cuando se fue al Manchester City”.

Tiempo después, se casó con la modelo Taylor Ward. Todos los invitados se vistieron de blanco, ya que se realizó una ceremonia musulmana, conocida como Nikah. Ahora, comparten el fútbol y la vida en Arabia Saudita, uno de los destinos más codiciados por su gran capacidad económica.

Mahrez all day pic.twitter.com/SUgRWKvFGH https://t.co/ISVylDhXOo

— Jacky (@MCFC_Jacky) December 4, 2025

“Las cinco grandes ligas europeas están por delante, y solo entonces podremos empezar a competir con las demás, pero no estamos tan lejos. Nuestro objetivo no es ser la mejor liga del mundo ahora mismo, sino a largo plazo. Estamos ayudando a fortalecer la liga y, sinceramente, en las dos temporadas que llevo aquí, noté una evolución en los clubes, los entrenadores, las tácticas y la organización”, sostiene.

Los vaivenes emocionales no lo quebrantaron. El ascenso en su carrera fue tan vertiginoso, que no tiene tiempo para mirar a un costado: en seis años, pasó de jugar en ligas subterráneas -el AAS Sarcelles, Quimper, Le Havre…- a escribir la enciclopedia de la vida de la Premier League: la vuelta olímpica de Leicester. Allí se hizo famoso.

Claudio Ranieri fue el primer gran hombre que confió en su chispa, por eso, fue el primero en saludarlo cuando le dieron el portazo. Los resultados no admiten cicatrices. Escribió en Twitter: “Tu creíste en mí desde el primer día. Gracias por todo y mucha suerte. Que Dios te bendiga. Un gran respeto a este gran hombre que nos ayudó a hacer historia. Tú me ayudaste a convertirme en un jugador y me diste el coraje que necesitaba”.

Tenía razón. Muchos le señalaban que el fútbol inglés no era para su físico, que solía caer como una pluma ante el primer contratiempo. Sin embargo, cuando más tendido estaba, más rápido se levantaba. Eso es lo que recuerda de su padre: el saber levantarse.

Años atrás, en el canal de YouTube de Manchester City, en un apartado dedicado a los niños, contó qué tres delanteros son los mejores de todos los tiempos. Leo Messi figuró segundo, detrás de… el Gordo Ronaldo. Ya que estaba, se ubicó en el tercer lugar.

“Arriba comienzo con R9, Ronaldo, el brasileño. Messi detrás de él. Y también me pongo a mí. Messi estaría conmigo para gambetear y dársela a Ronaldo para que pueda finalizar. Sería una gran sociedad dentro del campo”, decía, divertido.

Pudo haber cumplido el sueño de su vida: jugar con la Pulga, cuando Barcelona le quitó las llaves. Cuando se refiere al rosarino, ahora adversario en 2026, su mirada se transforma. “Cuando mencionan a Messi y mi nombre en la misma frase es algo increíble, porque para mí, él es el mejor de todos. No se puede decir nada de él, es el jefe. Siempre miro sus partidos en casa por la tele porque me gusta mucho cómo juega”, lo define. Leo es su otra religión.

Evidentemente, va a tener que bajarlo del póster. Argelia puede soñar con los 16avos de final. “Es nuestra infancia. Como futbolistas, lo veíamos mucho: es nuestro modelo a seguir. Sería realmente excepcional jugar con él... Él juega de 10 y yo por la derecha, cambiando de vez en cuando. Ojo que no hay protección especial para los gambeteadores en la liga saudí. Sufrí muchos golpes”, suscribe el ahora crack subterráneo, un admirador a distancia de Messi, como casi todos los 48 millones de habitantes de Argelia, árabe y religiosamente futbolera, como Riyad.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/riyad-mahrez-la-figura-contracultural-de-argelia-una-excepcion-a-la-regla-del-generoso-grupo-j-nid06122025/

Volver arriba