Generales Escuchar artículo

Russo, el DT más longevo del torneo, derrocha energía en Boca y se muestra cercano a todos

MIAMI (Enviado especial).– Bajo el sol implacable de Miami, donde el calor aprieta desde temprano y la humedad está presente todo el tiempo, Miguel Ángel Russo dirige los entrenamientos de Boca...

Russo, el DT más longevo del torneo, derrocha energía en Boca y se muestra cercano a todos

MIAMI (Enviado especial).– Bajo el sol implacable de Miami, donde el calor aprieta desde temprano y la humedad está presente todo el tiempo, Miguel Ángel Russo dirige los entrenamientos de Boca...

MIAMI (Enviado especial).– Bajo el sol implacable de Miami, donde el calor aprieta desde temprano y la humedad está presente todo el tiempo, Miguel Ángel Russo dirige los entrenamientos de Boca con una energía que desmiente sus 69 años. Camina el campo con paso firme, la libretita siempre en mano, anotando gestos, movimientos, “decisiones”. Es el técnico más veterano de los 32 que participan del Mundial de Clubes, pero también uno de los más inquietos. A esta altura, tal vez él no imaginaba volver a estar en este lugar, aunque el deseo de hacerlo siempre estuvo presente. Russo mantiene una idea clara y sencilla: juegan los que mejor están, sin lugar para experimentos.

En la Universidad de Barry, epicentro de la preparación xeneize, el verde del césped se mezcla con los tonos azul y amarillo que identifican al club. En medio de ese cuadro, la sonrisa del técnico brilla con la misma intensidad que el sol, reflejando la energía con que encara este regreso. Porque Russo, el último entrenador que comandó a Boca en un Mundial de Clubes allá por 2007, volvió con la fuerza de siempre. Y lo hace entero, determinado, como si los golpes de la vida lo hubieran hecho aún más fuerte.

Cuando Russo salga a la cancha este lunes, ante Benfica, se enfrentará a un director técnico 20 años más joven que él: cuando Bruno Lage debutó como futbolista en el Praiense de Portugal, el técnico de Boca ya llevaba una década dirigiendo en la máxima categoría. Otro nombre con experiencia es Brian Schmetzer, del Seattle Sounders, que en agosto cumplirá 63. Detrás del estadounidense aparece Diego Simeone, con 57 años, ocho más que Lage y doce menos que Miguel. Pero viejo es el viento, y todavía sopla. Incluso aquí, en Miami, donde la brisa casi no se siente ni alcanza a aliviar el calor agobiante. Russo condujo la práctica de este sábado bajo un sol intenso, con más de 32° en el termómetro, la misma temperatura que se espera para este lunes a las 18, hora local, cuando Boca se cruce con Benfica en su debut.

El abuelo de Pedro vive este momento con felicidad. El 31 de julio de 2017, mientras dirigía a Millonarios de Bogotá, fue diagnosticado con cáncer de vejiga. Dos veces lo operaron a Miguel. Al entrar al quirófano, le detectaron otro tumor pequeño en la próstata, y después una bacteria complicó aún más el cuadro. “Tengo ganas de vivir”, le dijo al doctor Carlos Castro, el oncólogo que lo trató. Russo se repuso como quien se va goleado al descanso y no se resigna. Salió adelante, peleó con lo que tenía. Y ganó la más dura de las batallas: la que le permitió seguir en la cancha.

Una sesión de fotos a Lo Boca 😉 📸

📲 mira todos los partidos del mundial de clubes, en exclusiva, en la app de DAZN. #TakeItToTheWorld #FIFACWC pic.twitter.com/PIDRPt583X

— Boca Juniors (@BocaJrsOficial) June 13, 2025La edad es lo de menos

Aunque Miguel Russo siempre se apoyó en los referentes, también sabe cómo vincularse con los más chicos. A muchos los llama por su sobrenombre, comparte charlas distendidas y aporta su buen humor al ambiente del grupo. Para eso también eligió rodearse de un cuerpo técnico con gente de su confianza, como Claudio Úbeda y Juvenal Rodríguez, que aportan frescura al trabajo diario. En su llegada a Miami, un detalle reflejó esa cercanía: cuando Ayrton Costa habló ante los medios, le agradeció “al Ruso” por la confianza. Lo dijo así, como si “Ruso” no fuera su apellido, sino una forma de sentirse cerca del técnico.

“No es para tanto”, respondió Russo, con una sonrisa, cuando un hincha le agradeció por haberse hecho cargo “de este fierro caliente”. Para él, dirigir a Boca no es una carga, ni una responsabilidad extrema: es una alegría. Un orgullo que todavía lo moviliza. Había salido por decisión propia a saludar a un puñado de argentinos que lo esperaban en la puerta del hotel, en Fort Lauderdale. Miguel los miró, les dedicó unas palabras y les prometió ir por más. Porque el último técnico que levantó la Copa Libertadores con Boca no vino a Estados Unidos solo a competir: vino a pelear. A mostrar que este equipo puede plantarse ante cualquiera, incluso frente a los europeos, sin hacer locuras, pero con identidad. Como la historia manda.

Pasadas las 19, un poco más tarde de lo pactado, Russo pisó el césped de la Universidad de Barry con una sonrisa de oreja a oreja. No era para menos: por primera vez desde que Boca llegó a Miami, el DT tuvo a disposición a casi todo el plantel. Entre las buenas noticias, recuperó a Ayrton Costa, quien solucionó su problema con la visa y este sábado se sumó a la concentración en el hotel Hyatt Las Olas. Una pieza clave, sobre todo porque había sido titular en los primeros entrenamientos con Russo en Buenos Aires, y porque no había otro central zurdo disponible más allá de Marcos Rojo.

Por disposición de la FIFA, la práctica fue abierta a la prensa. Y aunque a Miguel no le entusiasma demasiado mostrar sus cartas, se lo tomó con calma. Saludó a los periodistas, siguió el entrenamiento de cerca y aplaudió varias buenas acciones de sus dirigidos. El que no pudo entrenarse con sus compañeros fue, otra vez, Edinson Cavani, quien sigue arrastrando una molestia física. A esta altura del partido, necesita poco menos que un milagro para estar siquiera en el banco frente a Benfica.

De regreso al hotel, Miguel volvió a sacarse fotos con los hinchas y enseguida se metió en su habitación para seguir el partido de Inter Miami, que había comenzado mientras Boca terminaba su entrenamiento. Luego de la cena, se reunió con sus colaboradores y terminó de definir el equipo para el debut, que se confirmará en la práctica de este domingo.

Por lo pronto, Lucas Blondel y Lautaro Blanco se perfilan como los laterales; en el medio, Tomás Belmonte, Ander Herrera y Carlos Palacios corren con ventaja para arrancar; Malcolm Braida, uno de los últimos en sumarse (llegó de San Lorenzo), también podría meterse en el once. Y arriba, ante la baja de Cavani, la dupla ofensiva más firme es la de Miguel Merentiel y Milton Giménez.

A pesar de las presiones que implica dirigir a Boca en un torneo internacional, Miguel Russo disfruta cada instante de esta experiencia. Se lo ve cómodo, activo, cerca del plantel y con la energía de siempre. Comparte el día a día a la par de sus jugadores y sus ayudantes, con la ilusión intacta y el deseo firme de hacer un buen papel. Porque más allá de los nombres y los rivales, el entrenador cree en el trabajo, en la unión del grupo y en que este Boca puede dar pelea. “Son momentos”, suele decir. Y él quiere aprovechar el suyo.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/russo-el-dt-mas-longevo-del-torneo-derrocha-energia-en-boca-y-se-muestra-cercano-a-todos-nid15062025/

Volver arriba