Se complica la situación de la empresa: Flybondi usó un taller suspendido para reparar aviones
Mientras el Gobierno analiza el plan qu...
Mientras el Gobierno analiza el plan que presentó Flybondi para reducir el número de vuelos cancelados y suspendidos, hay otros hechos que pondrían aún más en jaque a la compañía frente al organismo regulador. Según documentación a la que accedió LA NACION, la low cost no acató la suspensión que ordenó la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) de su taller de mantenimiento ubicado en el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini (Ezeiza) y siguió reparando aviones allí mientras duró la medida.
De acuerdo con las actas a las que accedió este diario, la ANAC suspendió temporalmente el taller de Flybondi en Ezeiza el 4 de octubre pasado y el 24 del mismo mes instó a la empresa a acatar la suspensión porque había detectado acciones de mantenimiento sobre distintos aviones de la firma (aeronaves LV-KDR, LV-KDQ y LV-KEF) realizadas en el lugar.
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Por otro lado, después del 24 de octubre también se constató que continuó llevando a cabo tareas de mantenimiento en el mismo taller, en contraposición a la suspensión temporal por parte de la ANAC. “Es importante mencionar que dicha suspensión se encuentra vigente, toda vez que la misma no ha sido levantada aún bajo ninguna comunicación oficial en tal sentido. Asimismo, tampoco se han emitido de parte de Flybondi formularios Form IMFBP FB 020 (Informe de Mantenimiento Fuera de la Base Principal) a dichos fines”, reiteró el organismo, y listó otros trabajos que habrían tenido lugar en el taller suspendido sobre las aeronaves LV-KJD, LV-KDR, LV-KCE, LV-KHO, LV-KDQ, LV-KJE, LV-KJF, LV-KEF, LV-KAH y LV-KEG.
Consultadas por este diario, fuentes de la ANAC confirmaron lo sucedido, pero dijeron que no estuvo en riesgo la seguridad operacional porque la suspensión fue por cuestiones tales como errores en los registros de mantenimiento, desorden general en los depósitos, falta de trazabilidad de partes y material aeronáutico, etc. Además, según el organismo, le ordenó a la empresa que re-certificara los aviones que fueron revisados en el taller de Ezeiza en otros talleres habilitados.
Por su parte, ante la consulta de LA NACION, la empresa respondió que “para Flybondi resulta absolutamente necesario y prioritario remarcar que esto no estuvo relacionado con la seguridad operacional. Las auditorias realizadas por el organismo controlador (ANAC) en el taller no encontraron falencias en las tareas de mantenimiento realizadas en los aviones ni tampoco tuvo observaciones su condición para la aeronavegabilidad”.
La suspensión finalmente se levantó el 14 de noviembre pasado, pero la ANAC tiene previsto hacer una nueva inspección para verificar el cumplimiento de las acciones correctivas ordenadas.
CancelacionesPor otro lado, fuentes de la Secretaría de Transporte confirmaron que recibieron el plan que se le había pedido a Flybondi y dijeron que iba a ser evaluado en conjunto con la ANAC para ver si era suficiente para que haya una reducción inmediata y significativa de las cancelaciones y reprogramaciones de vuelos, necesaria para garantizar los niveles pretendidos de operatividad y de calidad al pasajero.
En principio, fuentes al tanto de la propuesta dijeron que parecía insuficiente porque la empresa propone cosas que ya venía queriendo hacer y no pudo concretar, en referencia al ingreso de nuevos aviones.
La empresa podría recibir desde una multa económica hasta la quita de la autorización para operar rutas.
En noviembre pasado, Flybondi operó 1991 vuelos, de los cuales 384 fueron cancelados, lo que representa el 20% del total de sus operaciones. Por otro lado, se estima que alrededor de 700 vuelos debieron ser reprogramados (horarios cambiados dentro de las 48 horas).
En octubre, la ANAC había registrado solo 23 cancelaciones de la empresa por las que labró tres actas.
Consultados sobre las demoras y cancelaciones recientes, fuentes de Flybondi afirmaron que se deben a cuestiones operativas vinculadas a la disponibilidad de flota. Y agregaron que persiste el problema del acceso a las divisas, que el año pasado estuvo a punto de dejar en tierra dos aviones de la compañía.
Según lo expresado por su CEO, Mauricio Sana, en una entrevista con LA NACION en septiembre último, los alquileres de aviones se pagan 30 días después del último día de servicio, mientras que los repuestos se abonan en cuatro cuotas mensuales después de la fecha de despacho. “¿Qué significa esto? Que hoy tengo la cadena de suministros del avión rota, porque algo que antes podía resolver en seis horas, ahora me toma 96. Es un efecto dominó que termina en que el pasajero lo nota. Antes no se notaba. Lo podíamos resolver”, explicó en esa oportunidad.
El 20 de octubre último, un avión de Flybondi sufrió una falla mecánica en el aeropuerto de Puerto Madryn, Chubut, y recién un día y medio después se pudo resolver el problema. Mientras tanto, la aeroestación quedó paralizada, ya que solo cuenta con una posición, lo que hace que cualquier inconveniente en plataforma deje a la terminal fuera de operaciones.
Flybondi es la primera low cost de la Argentina. Fue fundada en 2016, durante el gobierno de Mauricio Macri. El principal inversor de la compañía es Cartesian Capital Group LLC, seguido por Yamasa Co. Limited y Givin Capital, así como inversores privados locales y de Europa.
Bajo la premisa “la libertad de volar”, la empresa comenzó a operar el 26 de enero de 2018.