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Sofía Martínez: su historia con Diego Leuco, el apodo que le pusieron en el secundario y su mayor deseo

Ese cuadro es uno de los primeros objetos que incorporó cuando se mudó a su departamento en la zona de Victoria, hace más de cinco años. Está ubicado arriba de su cama y dice “She believed s...

Ese cuadro es uno de los primeros objetos que incorporó cuando se mudó a su departamento en la zona de Victoria, hace más de cinco años. Está ubicado arriba de su cama y dice “She believed she could, so she did” , casi como un recordatorio que resume el camino de Sofía Martínez (31), la periodista deportiva que se abrió un lugar en un mundo masculino y que conquistó a todos con su cobertura cargada de emoción en el Mundial Catar 2022 y en los Juegos Olímpicos de París. “Muchos periodistas deportivos se maravillan con la táctica; a mí, lo que me quita el sueño son las emociones. ¿En qué piensan los deportistas?, ¿qué sienten?, ¿tendrán miedo de no estar a la altura de las circunstancias? Son preguntas que nos hacemos todos; me las hago yo, que no me mira nadie, imaginate ellos, que tienen a un país en vilo. Las emociones mueven al mundo. Pero, además, nada tiene valor si no lo compartís con quien te quiere, te banca y te acompaña: Leo Messi señalando a la familia después de ganar el Mundial; Leandro Paredes dedicándole el triunfo a su mamá… Para mí, todo vale la pena por los vínculos”, asegura ella.

–¿Siempre soñaste con ser periodista deportiva?

–No. Soy la menor de tres hermanos que nacimos en una familia en la que todos son profesionales; pensé que lo mío sería Abogacía. Después de largar la carrera, me anoté en Ciencia Política. ¡Y tampoco! Estaba muy perdida. Se me cruzó Periodismo Deportivo cuando estaba trabajando con Guido Kaczka. ¿Cómo no lo había pensado antes? De chica, era fanática de los deportes: amaba hacerlos y mirarlos. Durante la primaria, me costaba hacerme amigos. Todo cambió cuando, en el colegio, el deporte dejó de ser recreativo para ponerse más exigente. Ahí empecé a lucirme, empezaron a elegirme, me vinculé con gente. Para mí, el deporte fue una llave.

–Además de atrapar con tus entrevistas y relatos, cada vez que aparecés en una gala o alfombra roja, te ponderan tus looks. El mes pasado, para la ceremonia de los Premios Ídolo, llevaste un modelo de Ramírez. ¿Te considerás una influencer?

–¡Noooo! Para la alfombra roja, trato de estar a la altura de las circunstancias. . A la hora de vestirme, mi estilo es más bien relajado. En la secundaria, cuando empecé a ir a fiestas, mientras mis amigas se ponían remeras de un solo hombro, yo iba con bermudas y la camiseta de las Leonas. Me llamaban “La Raulito”, con cariño...

–¿La pasaste mal?

–No te digo que estaba acomplejada, pero… Si bien yo quería vestirme con la camiseta de hockey, al mismo tiempo notaba que lo que yo elegía no encajaba dentro del canon femenino. “Tendrías que ser más femenina”, me decían. Desde ya que, con el tiempo, entendí que mi feminidad no se jugaba por ser fanática del deporte. Con la moda oversized, siento que tuve mi revancha. . Y, para las galas, ya estoy tomando confianza: sé lo que me gusta y lo que me hace sentir que me representa. El Ramírez que llevé para los Premios Ídolo combinaba bien con las tres estrellas y con los anillos de los Juegos Olímpicos que tengo tatuados. Me sentí muy cómoda; me sentí yo.

–Los programas de espectáculos especularon con una reconciliación con Diego Leuco .

–También dijeron que estaba saliendo con Marcos Ginocchio . Lo que se inventa es de locos y, en lo profesional, afecta mi trabajo e involucra mi credidiblidad. Me saqué una foto con Pablo Aimar , a quien admiro, y armaron una historia, como ya antes me había pasado con Messi. Es cruel. Cuando el patrón se repite, me pregunto si no tiene que ver con el machismo que todavía hay: se habla del chisme y no de mi desempeño laboral.

–Pero ¿volvés con Diego? En tus redes, tus dos millones de seguidores piden por la vuelta…

–En este momento, no estamos juntos. Con Diego nos queremos y nos admiramos mutuamente. El año pasado, cuando decidimos separarnos, lo hablamos. Los dos somos de charlar mucho, de contarnos qué nos pasaba. La comunicación es clave para una pareja. Él no la pasó bien y yo tampoco: me acuerdo de que yo tenía que cubrir las Eliminatorias y sólo quería estar en casa. Yo no estaba en mi mejor versión y sé que a él le pasó lo mismo, pero nos fuimos acompañando.

–¿Te cuesta estar sola?

–Cuando me engancho, me engancho: me gusta estar de novia, pero también disfruto estar sola. En este momento, no me hace falta un amor. Mi trabajo, que ocupa mucho de mi día y de mi semana, me apasiona. Si bien puedo pasar un mes afuera cubriendo eventos, puedo cancelar un trabajo para estar con mis sobrinos. Si tuviera hijos, querría que tuvieran una relación como la que yo tengo con mis hermanos, Agostina y Tomás que, junto con mis padres, son mis personas favoritas. Desde hace años, juego el fin de semana al fútbol con amigas en torneos amateurs en zona norte: desde que empieza la semana, ese momento –el antes y el después de los partidos– es, por escándalo, el que más espero.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-hola/sofia-martinez-su-historia-con-diego-leuco-el-apodo-que-le-pusieron-en-el-secundario-y-su-mayor-nid02092024/

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