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Una condena necesaria a Venezuela, Cuba y Nicaragua

La decisión de la República Dominicana de no invitar a Venezuela, Cuba y Nicaragua a la Cumbre de las Américas —la mayor reunión presidencial del hemisferio, que tendrá lugar el 4 de diciemb...

Una condena necesaria a Venezuela, Cuba y Nicaragua

La decisión de la República Dominicana de no invitar a Venezuela, Cuba y Nicaragua a la Cumbre de las Américas —la mayor reunión presidencial del hemisferio, que tendrá lugar el 4 de diciemb...

La decisión de la República Dominicana de no invitar a Venezuela, Cuba y Nicaragua a la Cumbre de las Américas —la mayor reunión presidencial del hemisferio, que tendrá lugar el 4 de diciembre en Punta Cana— merece un aplauso. Pero la cumbre debería ir más lejos y condenar abiertamente a estas dictaduras. Según el comunicado oficial del gobierno dominicano, la decisión de no invitar a Venezuela, Cuba y Nicaragua se tomó teniendo en cuenta “las circunstancias hemisféricas” y “favorece la mayor convocatoria” de la reunión. Traducción: si se invitaba a estas tres dictaduras, Estados Unidos no iba, o enviaba un representante de cuarta.

Ya el anterior gobierno estadounidense, del presidente Joe Biden, había excluido a las tres dictaduras latinoamericanas de la Cumbre de las Américas en Los Ángeles en 2022. Desde entonces, los atropellos a la democracia y los derechos humanos en los tres países no han hecho más que empeorar. En Venezuela, el régimen de Nicolás Maduro se robó descaradamente las elecciones presidenciales de 2024, según confirmaron observadores electorales del Centro Carter y varios países. La oposición venezolana mostró las actas de la votación que demuestran que el candidato opositor Edmundo González Urrutia había arrasado en las urnas, pero Maduro se proclamó reelegido sin jamás mostrar pruebas de su supuesta victoria. Más: desató una violenta represión contra la oposición.

En Nicaragua, en los últimos dos años, el dictador Daniel Ortega cerró decenas de medios de prensa, organizaciones de la sociedad civil y universidades. Además, expulsó del país y le retiró la ciudadanía a más de 300 líderes opositores y prisioneros políticos. En Cuba, donde no hay elecciones libres desde hace más de seis décadas, el régimen sigue con sus detenciones arbitrarias. Además, aprobó una nueva “Ley de comunicaciones” que prohíbe la propiedad privada de los medios y penaliza incluso las críticas al gobierno en redes sociales.

Roberto Álvarez, canciller de República Dominicana, me dijo en una entrevista: “Dada la situación política que existe en nuestro hemisferio, consideramos conveniente tener la mayor participación posible en el evento, y como la Cumbre de las Américas fue una creación de EE.UU. consideramos apropiado no extender invitaciones” a Venezuela, Cuba y Nicaragua. Cuando le pregunté si recibió alguna reacción de los presidentes de México, Colombia y Brasil sobre la exclusión de los tres países, me dijo: “Ningún país nos ha dicho a ningún nivel que no participarían” si se excluyera a alguna nación.

En la cumbre de 2022, el entonces presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, boicoteó la reunión en protesta por la exclusión de Cuba, y envió a su canciller en su lugar. Otras fuentes de la Cumbre me dicen que lo más probable es que si la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, decide no participar, pondrá cualquier excusa, pero no hará un show político como su antecesor. Lo más probable es que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, asista a la cumbre, agregaron.

La Casa Blanca todavía no ha dicho nada sobre si el presidente Donald Trump asistirá a la cumbre, pero no extrañaría que no vaya y mande al secretario de Estado, Marco Rubio, en su lugar. A Trump no le interesa mucho América Latina, y lo ha dicho públicamente. Cuando una periodista le preguntó en el primer día de su segunda presidencia sobre las futuras relaciones de EE.UU. con América Latina en general y Brasil en particular, respondió: “Nosotros no los necesitamos. Ellos nos necesitan a nosotros”.

De todos modos, si Trump enviara a Rubio en su lugar, sería la cumbre regional más importante de la región con EE.UU. desde que Trump asumió su segundo período. En la reciente reunión de cancilleres de la OEA, ni siquiera estuvo Rubio, quien mandó a su segundo, Christopher Landau, en su lugar. De cualquier manera, sea cual fuere la asistencia a la Cumbre de las Américas en diciembre, los países participantes deberían incluir en su declaración final una condena más enérgica que las que han hecho hasta ahora para que Venezuela reconozca los resultados de las elecciones de 2024, y para que Cuba y Nicaragua liberen a sus presos políticos. De otra manera, esta cumbre será un chiste, como tantas otras anteriores.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/una-condena-necesaria-a-venezuela-cuba-y-nicaragua-nid14102025/

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