Video: Los Espartanos: el rugby como vehículo de reinserción social
El deporte como método de reinserción social. Bajo ese lema en 2009 Coco Oderigo inició la aventura de fundar Los Espartanos, ...
El deporte como método de reinserción social. Bajo ese lema en 2009 Coco Oderigo inició la aventura de fundar Los Espartanos, el equipo de rugby donde juegan personas privadas de su libertad. “Trabajé en el Poder Judicial durante quince años pero nunca fui a una cárcel, hasta que un día un amigo me llevó a conocer una y dije, tengo que hacer algo“, aseguró.
Coco Oderigo, fundador de "Espartanos"Oderigo contó que en la actualidad se juega al rugby en 46 cárceles de todo el país, de las cuales una es de mujeres. “De las 140.000 personas que componen la población carcelaria, 2000 juegan activamente. No movemos mucho la aguja, pero por algo se comienza”, aseguró.
Sobre el primer intento de llevar a cabo su idea, Oderigo revivió su encuentro con el director de la Unidad Carcelaria N° 48 de San Martín, en la provincia de Buenos Aires. “Personas violentas jugando un deporte violento es incompatible”, me dijo, “pero luego lo convencí de hacer una práctica y salió todo bien”.
La violencia como desafío a superar“El rugby puede ser un deporte agresivo. Ahora bien, dejá que esas personas que conocieron la violencia desde niños la pongan a prueba, pero con reglas: ahí empiezan a canalizar”, enfatizó el fundador de Los Espartanos.
Consultado sobre este cambio en las disciplinas cotidianas de los detenidos, Oderigo ejemplificó: “Antes, cuando tenían clases de catequesis, no iban. Ahora, en lugar de pelearse con facas: se miran y se dicen nos vemos en la cancha para darnos un buen tackle".
Desde su fundación, el nivel de reincidencia de quienes integran “Los Espartanos” es inferior al 5%, lo que evidencia otra de las ideas principales: el rugby no se juega contra alguien, se juega con alguien. “Y todo eso es para desarrollar disciplina”, subrayó.
Por último, Oderigo manifestó que con “Los Espartanos” ganan todos “porque no solo se benefician los presos y el sistema penitenciario, sino también la sociedad, porque cuando salen en libertad, tienen otra concepción del respeto al prójimo”.