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“Si quiere dinero, que limpie casas”: cómo llegó la madre de Marine Le Pen a posar desnuda en Playboy y escandalizar a toda Francia

Marine Le Pen, como titular del partido de derecha francés Agrupación Nacional (RN), se convirtió el pasado fin de semana en una de las grandes protagonistas y ganadoras en las últimas eleccion...

Marine Le Pen, como titular del partido de derecha francés Agrupación Nacional (RN), se convirtió el pasado fin de semana en una de las grandes protagonistas y ganadoras en las últimas elecciones para el Parlamento Europeo. La victoria de su agrupación fue un verdadero cachetazo político para el presidente francés, Emmanuel Macron, que a causa de la derrota de su partido fue impelido a disolver la Asamblea Nacional y llamar a elecciones anticipadas.

Le Pen, de 55 años, heredó la presidencia del RN de su padre, Jean-Marie Le Pen, el fundador de esa formación política. Se trata de un hombre que fue en su tiempo el prototipo del conservador de la extrema derecha, que cimentó su carrera en la provocación y la chicana, sin ocultar en sus discursos una veta homofóbica, racista, machista y antisemita. Por ello, por la mentalidad cerrada e intolerante de este dirigente, provocó azoramiento y un verdadero cimbronazo que sacudió a toda la nación que Pierrette Lalanne, esposa de Jean-Marie y mamá de Marine, decidiera un buen día posar desnuda nada menos que en la edición francesa de la revista Playboy.

Ocurrió en julio de 1987, cuando madame Le Pen, como se la conocía entonces, arremetió contra todos los esquemas de una familia tradicional y apareció en la publicación del conejito vestida como mucama, prácticamente desnuda, para darle una lección a su marido. A causa de esta manera de exhibirse de Pierrette, que dejó a todo un país boquiabierto, Marine Le Pen dejó de hablarle por un período de 15 años.

“Se fue con el escritor”

En realidad, la aparición en Playboy de la madre de la líder de la derecha francesa fue el momento culminante de un proceso que había comenzado unos años antes, cuando la señora de Jean-Marie luchaba por obtener el divorcio que su marido le dificultaba. Sobre todo porque ella también quería, por supuesto, una justa división de los bienes matrimoniales cuando se consolidara la separación.

Le Pen y Lalanne se casaron en 1960 y ella se convirtió en la acompañante que él necesitaba como el sostén de su ascendente carrera política. Junto a ella, el político alcanzó a dar un gran batacazo electoral cuando fue electo eurodiputado en 1984. Pero, según lo que cuenta el libro En el infierno de Montretout, de Olivier Beaumont, la dupla se rompió en octubre de 1984 cuando ella abandonó el hogar familiar. Se escapó con el periodista Jean Marcilly, un hombre que había contratado el propio dirigente de extrema derecha para que escribiera su apologética biografía.

“Nos abandonó, se fue con el escritor”, le dijo el ama de llaves de la mansión de Montretout -el palacete donde vivían los Le Pen, en las afueras de París- al jefe de la familia cuando este llegó a la casa y se encontró con la ausencia de su mujer. El biógrafo Marcilly había accedido a la vida pública, política y familiar del eurodiputado para captar su esencia, pero terminó escribiendo una página completamente inesperada -y prohibida- en la vida de su cliente. A partir de allí, estalló el escándalo y la relación entre los esposos se convirtió en un campo de batalla.

Pierrette y Jean-Marie se intercambiaban bombas en distintas declaraciones a la prensa. Ella pugnaba por una “justa división de bienes” y aseveraba que él se había quedado con su herencia familiar, “las fotos de mi familia y las cenizas de mi madre”, mientras que él la trataba de adúltera y la calificaba, sin vueltas, como “borracha y drogadicta”.

La contienda de los ex se prolongó por unos años, pero el desborde final se desataría cuando, en una entrevista para Playboy en el año 1987, él respondió a los reclamos de su mujer por la división de bienes con una frase terminante: “Si ella quiere dinero, puede limpiar casas”.

Madame Le Pen a la tapa de Playboy

El líder de la extrema derecha francesa no sabía que con su lapidaria enunciación había abierto su propia caja de pandora. Es que en julio de ese mismo año, su exesposa apareció en la portada y en las páginas interiores de Playboy, las que se destinan a las producciones más ardientes. Ella fue la conejita de ese mes, un título bien defendido con unas fotos que no dejaban mucho a la imaginación. Y para refutar todavía con mayor acidez la frase de monsieur Le Pen, la mujer, que entonces tenía 50 años, apareció en las imágenes con ciertas prendas que caracterizan el oficio de las mucamas de las residencias aristocráticas francesas.

“Madame Le Pen hace la limpieza”, decía la tapa de la revista. En las fotos, siempre muy cuidadas, ella aparecía en poses provocativas, con miradas sensuales a la cámara, mucha piel a la vista y sosteniendo diferentes elementos de aseo hogareño, como un cepillo y un balde, una franela o una aspiradora.

Los editores de la publicación creada por Hugh Hefner habían invitado a la ex de Le Pen a aparecer en la revista suelta de ropas ni bien su ex dijo lo que dijo. Con la propuesta, apareció también una oferta económica de unos 400.000 francos, muy generosa para la época. Pierrette aceptó. No sin admitir que había debido atravesar un “Rubicón de prejuicios para hacerlo”.

“Monsieur Le Pen, acá estoy”

En la misma revista donde aparecieron sus fotos, Madame Le Pen contó qué fue lo que la decidió a aparecer finalmente en la publicación: “Un día, llena de furia, pena e indignación, llamé a quien fuera mi marido durante un cuarto de siglo, padre de mis tres hijas, y le dije: ‘Jean-Marie, finalmente te vas a comportar como un hombre respetable?’. Con su fineza habitual, me respondió: ‘¡Mi culo!’”.

Más tarde, Pierrette contó cómo le habían caído las palabras de su ex, de que ella debía “limpiar casas para tener dinero”. “Yo fui marcada a fuego como servidumbre por el régimen matrimonial Le Pen -dijo-. Me mantuve fiel y obediente durante los 25 años que viví con él, pero ahora tuve que elegir. ¿Quería que hiciera la limpieza? No me avergüenza, es un trabajo. ¿No es cierto? Y bien, monsieur Le Pen, acá estoy”.

De esta manera, tanto con sus palabras como con sus osadas postales, Madame Le Pen dejaba en ridículo a su ex, quien se autopercibía el custodio de los valores morales de occidente, y desafiaba a una sociedad que entonces era más machista y reaccionaria que la que existe en estos tiempos en Francia. Por ello fue que el escándalo sacudió a todo el país con la fuerza de un tsunami.

Daños colaterales de la sesión de fotos

“Cuando vi que las fotos se vendían también en Inglaterra, Australia, Estados Unidos, personalmente sufrí por mi país, porque atacando a un Le Pen ella estaba atacando nuestro país. Y creo que es así que los franceses lo entendieron”, dijo su ex marido en una entrevista. El derechista había querido incluso, con un amparo judicial, que la publicación no llegara a los kioscos. Algo que no pudo lograr.

Pero los daños colaterales del desnudo de Madame Le Pen llegaron también a sus tres hijas. Ellas ya estaban viviendo con su padre desde que se separaron, pero la tapa de Playboy marcó un distanciamiento que no parecía tener solución. “Una madre es un jardín privado, no un basurero público”, decía en su momento Marine sobre las fotos de Pierrette. Recién unos 15 años después, la mamá y sus hijas retomarían la relación.

Así como se acercó a su madre (y volvió a llamarla “mamouche” como antes de los escándalos), Marion Anne Perrine, el verdadero nombre de Marine, se distanció de su padre. También políticamente. En el año 2015, ella promovió la expulsión de su padre del partido, luego de unas aberrantes declaraciones en las que él minimizaba el horror del holocausto nazi.

Desde entonces, la relación entre Pierrette y Marine fue de menor a mayor y hoy la exconejita de Playboy, que ya cuenta con 88 años, es un gran apoyo para la carrera política de su hija. Describe a Marine como su hija más cariñosa y la llama “mi bebé”. Las cosas están bien entre ambas. Sin embargo, según Vanity Fair, a ella le hubiera gustado que su hija menor se hubiera dedicado a criar gatos, en lugar de a la política.

En la biografía no autorizada La verdadera Marine Le Pen, una progre entre fachos, del periodista Reneaudy Dely, Madame Le Pen aseguró que su hija era un clon de su papá. “Creo que ellos se siguen queriendo, pero políticamente se acabó”, dijo también Pierrette en esa publicación en referencia a la relación entre Marine y Jean-Marie, que hoy tiene 95 años y se encuentra alejado de la actividad política.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/si-quiere-dinero-que-limpie-casas-como-llego-la-madre-de-marine-le-pen-a-posar-desnuda-en-playboy-y-nid11062024/

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