PSG ya no se encandila con Messi, Neymar y Mbappé: Luis Enrique tiene cracks que atacan, pero también festejan defender
Afirman que una de las ventajas de Luis Enrique como DT es que, como futbolista, llegó a ocupar siete posiciones diferentes en el campo de juego. El hoy entrenador finalista de la Champions League...
Afirman que una de las ventajas de Luis Enrique como DT es que, como futbolista, llegó a ocupar siete posiciones diferentes en el campo de juego. El hoy entrenador finalista de la Champions League con PSG es testigo de cómo capta elogios por haber llevado al equipo parisino al partido decisivo que siempre quiso ganar pero sin tantos nombres, con la estructura colectiva como base de su mejor funcionamiento. El equipo por sobre los cracks. Sin Messi, Neymar ni Mbappé, pero con defensores que son los primeros atacantes y delanteros que se esfuerzan tanto cuando quedan con el arco de frente como cuando deben presionar para recuperar la pelota o retroceder.
“Yo hago mi trabajo, intento hacerlo de la mejor manera y éste es un proyecto apasionante, es el proyecto como entrenador porque he podido hacer y creo que es muy diferente al de Barcelona (fue campeón de la Champions con el equipo culé en 2015). En el de Barcelona tenía que hacer que un equipo funcionara, un equipo que ya había funcionado, que volviera a funcionar, creo que lo conseguimos de manera holgada. Aquí es crear un equipo y, aunque se vayan los jugadores, seguir pensando que con jugadores jóvenes podemos hacer nosotros esos ‘cracks’. Ahora tenemos muchos ‘cracks’ en el equipo y -en ese sentido- creo que me siento muy bien, muy a gusto y muy contento”, dijo Luis Enrique luego de la victoria ante Arsenal por 2-1 en el Parque de los Príncipes. Lo espera la final ante Inter, el 31 de mayo, en Múnich.
Mientras hacía el curso de entrenador Luis Enrique se juntaba en los almuerzos con Pep Guardiola, Miguel Angel Nadal, Joaquín Alonso, Albert Ferrer, Martín Vázquez y Luis Milla. Ya ahí lo definían de la siguiente manera: “Se hablaba de táctica, de estrategia, de sistemas. Luis Enrique se comportaba con la misma personalidad, el mismo carácter fuerte y la misma pasión que demostraba como futbolista. Tenía inquietudes, ganas de aprender, un alto nivel de exigencia y una gran capacidad para hacer muy bien las cosas”, contó Milla en el libro “El método Luis Enrique”, de Lluís Lainz y al mismo tiempo ofrecía una faceta que sorprendía antes de que se lo viera como youtuber o streamer: “Siempre tuvo un gran sentido del humor”.
Santiago Coca, un maestro de liderazgo que tuvo en la Escuela Nacional de Entrenadores, decía de Luis Enrique en medio de las cursadas: “Me llamaron la atención tres aspectos muy importantes de su personalidad. Tiene una gran energía, que se refleja en todo lo que hace. Segundo, demostró un alto nivel de compromiso. Y tercero, es una persona que irradia sinceridad y que va con ellas hasta las últimas consecuencias. Te mira la cara, no te busca las espaldas y no te traiciona nunca. Es más, puede equivocarse y siempre está dispuesto a reconocerlo. Los tres aspectos (energía, compromiso y sinceridad) son imprescindibles para ser un líder de éxito”. Antes de las semifinales, en una nota en vivo le hizo visualizar a un periodista francés que le marcaba cosas negativas del equipo que piense en “positivo”, que imagine que es un día soleado.
Lo mejor de PSG ante ArsenalEsa personalidad se vio a flor de piel durante este 2025 en el que las cosas no iban bien para su PSG: “Cuando los resultados eran una catástrofe, tuvimos una reunión con los jugadores. Ahí les dije que somos uno de los mejores equipos de Europa. La efectividad no era buena, pero les dije que había que continuar adelante. Los frutos se están viendo ahora”, reconoció Luis Enrique tras pasar a la final de la Champions.
Y agregó: “Nosotros merecemos claramente estar en la final y creo que el camino ha sido muy duro, tortuoso. Recordaros que fuimos el equipo de los 36 que jugaban en la Champions con el peor calendario estando en el bombo 1. Eso nos dolió al principio y nos costó, pero nos ha hecho crecer y mejorar. Creo que los resultados en el inicio de la Champions, un partido con el Atlético de Madrid aquí, con el PSV, en el que creo que fuimos muy superiores y no conseguimos puntos; con el Girona, sí. El equipo ha seguido creyendo en sí mismo y superando estas cosas”.
El PSG de Luis Enrique juega 4-3-3 con grandes aplicaciones tácticas pero dentro de una gran versatilidad. Hakimi, lateral derecho, hizo el 2-0 ante Arsenal estando en posición de “9”; Vitinha, que en teoría es el volante-5 más defensivo, en un momento apareció gambeteando a tres jugadores como si fuera un wing izquierdo. Tiene una gran transición ofensiva: lo peor que pueden hacer los rivales es perder pelotas en salida o a campo abierto para que el conjunto francés explote espacios y contraataques con velocidad y precisión. Puede transformar un córner en contra en un contragolpe de 2 vs. 2 hasta el área chica rival (Arteta fue testigo).
¿Una particularidad? Los saques desde el medio estilo rugby, como si patearan la pelota “al touch” mandándola al lateral de manera exprofesa. ¿Un recurso tomado prestado de Guardiola? Lo cierto es que PSG se siente más cómodo si ya inicia presionando en campo rival y con casi todos los jugadores de frente a la pelota.
5 SEGUNDOS Y LA PELOTA AL LATERAL. ¿ALGUNA EXPLICACIÓN?
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En las semifinales, el equipo defendió cada lateral-centro de Arsenal (que caían como dagas en el área de PSG) con furia. Cada pelota recuperada se festejó como un gol. Desde las atajadas de Donnarumma hasta los cierres de Hakimi y Lucas Hernández (cuando ingresó), hasta Kvaratskhelia ganando una pelota contra el córner rival entre tres rivales. Y, quizás, más allá de los fundamentalismos y jugadas estéticas, ahí esté la explicación de un equipo que aprendió a jugar con el corazón en la mano y que le dio la misma importancia al ataque y la defensa.
En ese sentido, el aporte ofensivo siempre lo tuvo. Quizás lo que le faltaba antes a Luis Enrique era una mayor sinergia defensiva de los cracks. Esa fue la diferencia que tuvo con Mbappé antes de que el delantero se vaya a Real Madrid. En octubre de 2024, se dio a conocer un video en la serie de Luis Enrique ‘No tenéis ni p... idea’. Faltaban dos meses para que Kiki emigre de París, el DT lo sentó a Mbappé en un auditorio y le dijo: “He leído que te gustaba Michael Jordan. Michael Jordan cogía de los huevos a todos sus compañeros y se ponía a defender como un hijo de p... Tú tienes que dar ese ejemplo, primero como persona y como jugador. De ir a presionar. Vas a tener a Cubarsi y a Ter Stegen te vas a quedar todo el partido presionando y volviendo rápido, ¿para qué? Para ser un líder”, empezó diciendo el DT, muy enérgico.
Y siguió: “Tú piensas que tú nos tienes que marcar los goles. Claro, tú eres un fenómeno, un top mundial, ninguna duda, pero a mí no me vale eso. Un líder de verdad es que cuando no nos puedes ayudar con los goles, porque el otro día tenías a dos jugadores de alto nivel para ti y no puedes ayudarnos. Tú nos ayudas en todo lo defensivo, coges así y dices ‘chavales, línea defensiva, quedaros ahí. Que yo voy a coger a mis dos compañeros’ porque si tú solo presionas es la hostia. Pero si encima coges a Ousmane y a Kolo Muani, o a Barcola, o a Gonzalo, o a Marco Asensio, y te pones tú como ejemplo a presionar. ¿Sabes lo que tenemos? Una puta máquina de equipo. Atacando ya sé que eres Dios. No hay nadie como tú, ya lo sé. Pero el día que tú no ataques, tienes que ser el mejor jugador de la historia defendiendo. Eso es un líder. Eso es Michael Jordan”.
Siempre fue así les exige a todos los futbolistas por igual sin importar que fueran jóvenes o veteranos, que tuvieran muchos títulos o si acababan de sumarse al plantel. Una vez, en Roma, mandó a ver el partido a la tribuna a Daniele De Rossi por haber llegado cinco minutos tarde a una charla técnica. Ya era referente y acababa de renovar el contrato por 5 años. Al Barcelona de Messi, Iniesta y Neymar (a todo el plantel) les exigía “muchísima hambre” y “demostrarlo todos los días”.
La charla motivacional de Luis EnriqueNo suele abrir los entrenamientos y si la prensa está bien lejos, mejor. Cuando en Barcelona los jugadores le preguntaron si iba a imponerse con mano dura, Luis Enrique respondió: “No sé lo que ustedes entienden por ‘mano dura’. Voy a gestionar al grupo como lo pude hacer en el Barcelona B, en la Roma o en el Celta. Son personas, juegan muy bien al fútbol, los admiro como socio que soy, pero como entrenador mi objetivo es ayudarlos, porque debemos hacer algo, dentro del campo, de manera colectiva. Un jugador siempre tiene una percepción individual. Mi trabajo es que esa mentalidad y ese objetivo sean globales. Pero no creo que necesite mano dura. Todos debemos caminar juntos porque así seremos más fuertes”. Luis Enrique les reclama a sus jugadores el ritmo y la tensión competitiva que quiere para su equipo. Y cuando alguien no responde en forma adecuada, le resta protagonismo en los partidos.
En el actual PSG una juventud con carteles menos luminosos pueden terminar reluciendo más: Desiré Doué (19 años), Bradley Barcola (22) y el mencionado Kvaratskhelia (24). Dembelé, una de las figuras que no fue titular en la vuelta por estar algo tocado, tiene 27. Pero los equipos de Luis Enrique reflejan eso: intensidad, verticalidad, tener la pelota para hacer daño y presión ante la pérdida. Joao Neves es un fiel reflejo de la “agresividad” con la que le gusta jugar a Luis Enrique en todos los sectores del campo: mediocampista muy completo, un “box to box” con quite y recuperación, pero también con llegada al área rival. Tiene 20 años y mide 1,74 pero cuenta con un gran salto para disputar los balones aéreos.
“El primer día que me senté enfrente a ustedes como técnico de PSG dije que el objetivo era y que pretendíamos hacer el trabajo para poder estar en disposición de hacer historia, y ése es el objetivo que tenemos. Queremos ser los primeros en conquistar el ansiado trofeo (Champions) para un proyecto que creo que ha cambiado desde el año pasado, en el que me siento muy a gusto, en el que me siento realizado como entrenador”, reconoció Luis Enrique.
Puede no ser casualidad que este PSG, dirigido por Luis Enrique a imagen y semejanza, es el que haya quedado más cerca de ganar una Champions League. El DT también le da lugar al personaje: “Me hice streamer”, dijo una vez y hasta bromeaba consigo mismo: “La caripela que ven, es la que hay”. Luego también aparecía haciendo ejercicios y diciendo: “Cada media hora hay que moverse porque sino se entumecen los músculos”. Es una forma de ser para luego decirle a Mbappé:
“El día que vos no ataques en PSG, tienes que ser el mejor defensor de la historia”. O aparecerá otro que lo haga mejor que él. Porque, en definitiva, más allá de que cada entrenador tiene su libreto, Luis Enrique dice: “En el fútbol hay que saber adaptarse”.